No se pueden perder la exposición de carteles de cine mexicano de terror que se montará en la Casa de la Cultura de Azcapotzalco para las festividades del dia de muertos, una de las colecciones mas completas será mostrada por pocos dias en ete recinto y se inaugura el dia 31 de octubre del 2013 a las 17:00 hrs.
El cine llegó a México pocos meses después de su triunfal aparición en París. La noche del 6 de agosto de 1896, el presidente Porfirio Díaz, su familia y miembros de su gabinete, presenciaban asombrados las imágenes en movimiento que dos enviados de los hermanos Lumière proyectaban con el cinematógrafo en uno de los salones del Castillo de Chapultepec.
México fue el primer país del continente americano que disfrutó del nuevo medio y según algunos historiadores y críticos de cine, los verdaderos «años dorados» del cine mexicano corresponderían al periodo que va de 1936 a 1958.
Desde entonces ha abordado muchísimos temas y géneros a lo largo de su historia. Obras literarias, comedia, policiacos, rancheras, melodramas, cine de rumberas, musicales y desde luego la lucha libre y el terror formaron parte de su inventario cinematográfico.
Durante décadas el cine mexicano ha creado películas que muchos denominan del género fantástico, con una marcada tendencia a nutrirse en la cultura propia del pueblo valiéndose de los cuentos, leyendas y mitos transmitidos por la tradición oral.
El cine de terror ha sido parte fundamental del cine nacional, manejando comúnmente elementos fantásticos. No obstante, en la década de 1940 casi desapareció, pero una década más tarde reaparecería con películas protagonizadas por cómicos como Germàn Valdés “Tin-Tan”, Manuel «Loco» Valdés, Adalberto Martínez “Resortes” y Eulalio González «Piporro».
El género toma seriedad de la mano de directores como Fernando Méndez, con “El vampiro” (1957), Rafael Baledón con “El hombre y el monstruo” (1958) y también en la década de los 60 con Chano Urueta con “El espejo de la bruja” (1962) y Carlos Enrique Taboada “Hasta el viento tiene miedo” (1968).
Lobby Cards
Los llamados popularmente “Lobby Cards” o «cartones de vestíbulo» se colocaban en los pasillos de los cines, eran producidos en serie de ocho y presentaban un arte relacionado con la película o fotogramas de la misma junto a los créditos de quienes participaron en ella.
Jugaron un papel de alta relevancia promocional, eran (y siguen siendo) elementos vitales en su papel descriptivo y como antesala hacia la proyección final. Es quizás el soporte más antiguo, junto al cartel, que menos ha variado su estructura física y visual, siendo la fotografía su elemento básico.
Aparecieron por primera vez a principios de 1910 y duraron hasta mediado de los ochenta, todavía hay algunas productoras que elaboran lobby cards para sus estrenos. pero son muy pocas.
Hoy en día poseer la lobby card de una película clásica, es tener una parte importante de la historia del cine y de la humanidad.
Es indispensable resaltar la importancia del trabajo de los diseñadores de las lobby cards, muchas veces el espectador crea su propia película desde el momento en que ve el cartel afuera de las salas, incluso hay casos en que los buenos carteles ni siquiera corresponden a una buena película, pero de ello depende en buena parte si decides comprar o no el boleto.
En la historia del cartel cinematográfico, hay muchos héroes anónimos, muchos autores no firmaban los carteles porque era considerado un arte menor. pero hoy en día el Cartel Cinematográfico en México se considera un artículo de colección. Se le ha estudiado como un elemento importante en la historia cinematográfica nacional y se conocen algunos nombres de los grandes artistas que elaboraron carteles geniales, figuras como Josep Renau, español, valenciano, emigrado y Ernesto “el chango Cabral”, así como Eduardo del Río “Rius”, Rivero Gil , José Spert, Rafael López Castro, Montalvo, y muchos otros diseñadores de enorme valía.
En fin, estas pequeñas postales de cine ya no existen, ya no forman parte del cine actual, pero para toda una generación de cinéfilos y cinéfagos aún siguen presentes en nuestro recuerdo y esperamos que a partir de hoy mucho más, pues esta exposición está pensada para cinéfilos, amantes del diseño, coleccionistas y cualquier persona con ganas de conocer un poco más de cerca algunos de los cientos de carteles de cine mexicano que han existido
En este día de muertos tenemos como objetivo recordar las viejas películas, y a los grandes directores, artistas, diseñadores y trabajadores cinematográficos que con gusto han firmado sus trabajos pero también a todos aquellos que en ese entonces y hasta ahora han permanecido en el anonimato.
Por: Emmanuel Ortega