Norma Lorena Loeza
It Chapter two. USA (2019)
- Dir: Andy Muschietti.
- Reaparto: Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone, Andy Bean y Bill Skarsgård.
La segunda parte de la nueva versión de Eso llega después de una larga espera, presentándonos al elenco adulto del club de los perdedores, que juraron volver a reunirse si es que Pennywise regresaba al pueblo de Derry.
Y como sabemos, así fue. El ciclo de 27 años, en el que el terrible “devorador de mundos” regresa, se cumple y el pequeño poblado registra un nuevo rastro inexplicable de niñas/os desparecidos y muertes misteriosas.
Pero esta segunda parte es más que una secuela con nuevas historias de terror. Si la premisa básica de la historia es construir una metáfora acerca del miedo a crecer, esta segunda parte se trata del miedo de haber crecido sin haber superado las vivencias que nos aún nos provocan terrores nocturnos.
Es así como vemos que el abuso, la inseguridad, el miedo a ser uno mismo, puede ser la pesadilla que nos persiga de adultos/as, cuando no logramos cerrar ciclos de manera satisfactoria.
Un poco más enfocada al drama personal y con más comedia que sobresalto, la segunda parte de It nos recuerda que el terrorífico payaso es una proyección del inconsciente y que en realidad, toda batalla contra cualquier tipo de horror es de principio, interna.
Y hay que decir que en eso, la película resulta catártica hasta para el propio Stephen King, que “exorciza” gracias al personaje de McAvoy, las críticas al final de la historia original – es que eso de la araña ¿de verdad era en serio?- lo cual incluye un cameo que seguramente fue divertido concebirlo y filmarlo. Un gran homenaje al maestro del horror, que la verdad se les agradece mucho.
Al final, puede que decepcione a quienes esperaban que la continuación de la historia que aterró a varias generaciones, fuera una cascada de sobresaltos. Al final fuera de un par de escenas que hacen brincar a la sala entera, las risas y el humor negro del payaso y los perdedores, son lo más sobresaliente de la cinta. Sí. Al final es un payaso y hasta parece ser su destino lógico, qué le vamos a hacer. Muschetti demuestra que se necesita más que adoración por un clásico para hacer un remake, y que ello puede darte el permiso de tomarte ciertas libertades. Y eso sí parece ser que se lo tomó muy en serio. Advertidos y advertidas quedan.