Antonio Chávez es un personaje importante dentro de la escena oscura mexicana, sus diferentes proyectos comprenden principalmente música, cortometraje, cómic y, de manera más reciente, literatura, lo que lo convierte en un artista multidisciplinario. Es precisamente de su obra literaria, La Ciudad de las Pesadillas/El Adiós en el Espejo, su primer libro publicado, en el cual recopila algunos de sus textos, que se desprende Itzamna, presentado en un relato contenido en dicho volumen.
El autor, responsable también de La Tierra de Nod, descubre un gran potencial en el concepto para llevarlo a otros medios y es entonces que decide convertirlo en héroe de historietas. El proyecto de Itzamna: La Noche del Fuego es uno muy ambicioso, la idea es publicarlo como una novela gráfica de largo aliento, que, de hecho, ya está terminada, sin embargo, por el momento no se cuenta con los recursos para imprimirla. Es por ello que deciden lanzar un número inicial con la historia de El Séptimo Cráneo, con el fin de reunir los fondos necesarios para su producción.
Existen algunas variaciones entre el Itzamna literario y su contraparte en cómic, pues mientras que el primero es un tanto más mundano, el segundo presenta tintes fantásticos, de corte sobrenatural, más cercano a las atmósferas del cine de luchadores clásico, aunque con pincelazos de personajes de cómics oscuros como Spawn. Es así como este volumen introductorio, nos presenta un cómic de luchadores con encuentros en el inframundo, en el cual enfrenta a brujas y demonios, aunque en un entorno mexicanista, entre leyendas y folklore.
Para llevar a Itzamna al mundo del cómic, Chávez reunió a un equipo conformado por Javier Jiménez, en el dibujo; Joel Domínguez, en las tintas, y Alejandra Romano, en el color. Si bien, la propuesta suena interesante, es precisamente por el apartado gráfico que este cómic se encuentra en desventaja ante los demás proyectos luchísticos actuales, pues estos son realizados por auténticos profesionales del medio, además de que, a diferencia del pasado, en el que la historieta de luchas era un producto industrial, el género se ha transformado en cómic de autor, por lo que se le pone un mayor cuidado a su elaboración.
Nombres como Hugo Arámburo (Lobo Blanco), Luis Guarneros (Silver Demon), ambos forjados en la Escuela Sensacional; Ricardo Osnaya (CMLL) o Raúl Valdés (Canek Jr.), quienes han trabajado para la industria extranjera, representan la calidad artística contra la que deben enfrentarse todos aquellos que pretendan realizar cómics de luchadores, lo cual hace que el listón esté muy alto.
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