Jaime Calabuch y El Cigala conquistaron al complaciente público que acudió a el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México, la noche del 25 de febrero.
Poco más de 15 minutos después de la cita el maestro Calabuch, quien se llevó la noche, apareció en el escenario para dar los primeros acordes de «Te quiero, te quiero», pieza con la que dio pie a la presentación de El Cigala, y el Teatro parecía caerse en ese momento, el Español avecindado en Puerto Rico se presentó ante su público que lo adora, que le perdona todo interpretando poco después las clásicas: «Veinte Años » y «Compromiso».
Pero algo pasó, quizás la interpretación de «Tarde Gris» lo «inspiró» y fue un vaticinio, ya que después de una regía presentación de «Corazón Loco», El Cigala continuo con la noche con lo que parecían cantes a piezas como «Tú eres mi amigo» de Roberto Carlos; «Romance de Luna» de García Lorca; las mexicanas «Te extraño» y «Adoro», un poco bajo de energía, dejo la mayor parte del show a Calabuch, quien emula de forma extraordinaria en el piano a Bebo Valdéz sobre todo en la interpretación de piezas como «Vete de mi» y la pieza que consagró a Diego Ramón Jiménez Salazar en todo el mundo: «Lagrimas Negras».
La noche continuo, haciéndose un poco lenta para el público, que en algo insólito, como en pocas ocasiones permanencia de pie o utilizaba el espacio para tomar una bebida, mientras que Jaime, el genio del piano, hacia lo propio en tanto que el cataor favorito de México hacia que el público interpretara «Como fue» y «Soledad». La noche comenzó a tomar forma cuando Diego «El Cigala» interpretó piezas de Francisco Céspedes como «Esta lloviendo ausencia» y «Vida Loca», las cuales cuadraban perfectamente con la energía que transmitía.
Para la parte final, al final, apareció el monstruo de los monstruos, cuando Diego «El Cigala» interpretó el cover de la gran Rocío Jurado «Se nos rompió el amor». El Cigala se retiro interpretando ya con un mejor nivel «Niebla del Riachuelo», y sacando su sangre ibérica, como los buenos toreros, luego de una faena «regular, regular» como dicen algunos aficionados a la fiesta, atinó a usar la espada con maestría al interpretar «Se me olvido que te olvide» y matar muy bien con «Bien Paga a», en una noche que vaticinaba descabecharía el recital, pero no fue así.
Ya vendrá el maestro con el disco homenaje a La Fania, en la que seguramente su sangre Dominicana se impondrá a la nostalgia de los cantes españoles.
Jaime Calabuch y El Cigala conquistas el Metropólitan