Por Everardo Ferrer
José Luis Pescador se ha destacado por ser un artista político-social-histórico, amén de prolífico. La mayor parte de su obra gráfica se basa en pasajes importantes de la historia de México, que se han convertido en un excelente material didáctico, tanto para maestros, como para estudiantes y público en general, al presentar una lectura sencilla y amena, pero enriquecedora, a través de la narrativa gráfica. Su más reciente obra trata sobre la conquista del imperio más poderoso de Mesoamérica.
Si bien Pescador ya había tocado el tema en una serie producida por El Colegio de México, La Caída de Tenochtitlán es una obra de autor, y más cercana a lo que la SEP nos presentará a principios de los ochenta en la serie México, Historia de un pueblo, colección dibujada por los mejores artistas de historieta de aquellos tiempos. El trabajo de investigación realizado por el autor queda de manifiesto en este volumen, en donde también se hace evidente su pasión por representar la historia de nuestro pueblo, la cual queda plasmada en todas y cada una de las viñetas realizadas.
Es todo un acierto la elección de Atoctli para ser el narrador de estos eventos, ya que se trata de un tlacuilo, personaje del cual Pescador bien podría ser heredero debido a su oficio. La historia se presenta de manera paralela entre los horrores de la guerra que el pueblo Mexica está viviendo en esos momentos, y la vida y el esplendor del Imperio Azteca vistos a través de los ojos del propio joven escriba, la felicidad y la tragedia mezcladas de manera excepcional, cual si fuera su propia Visión de los Vencidos. Por cierto, en este volumen aparecen extractos de la obra del recientemente fallecido Miguel León-Portilla como referente fundamental en lo tocante a la historia del México antiguo.
La Caída de Tenochtitlan nos presenta una historia bien sustentada, apoyada por imágenes precisas, perfectamente adecuadas para llevar de la mano al lector por los caminos que el autor quiere relatar, imágenes de una línea limpia y clara, en un blanco y negro contrastante y certero, que confirma la calidad gráfica del autor, así como su capacidad narrativa, atrapante y envolvente, tanto como para quienes somos lectores de cómics, como para quienes no.
Probablemente, lo único que le haga falta a este volumen, sea un glosario o una traducción de lo escrito en lenguas originarias pues, si bien hay algunas frases o palabras que sí se traducen, no son suficientes para la total comprensión del lector, y no solamente para el público mexicano, sino para el potencial lector extranjero al que seguramente esta obra atraerá, no únicamente por el tema, sino porque el trabajo de Pescador es bien conocido fuera del país. La serie completa de este evento bien podría comprender 3 o 4 tomos, todos con la misma calidad gráfica y argumental.