La aventura comenzó tratando de registrarnos como prensa (vía mail) para cubrir la Animex 2008 de Monterrey, con la intención expresa de entrevistar al buen Doug Jones, protagonista la nueva cinta de Universal Pictures, Hellboy II: The Golden Army, quien se encontraba en la ciudad desde una noche antes. Pedimos la acreditación y nos comentaron que no había problema, que sólo era cosa de llegar el mero día del evento, tempranito, para registrarse en un stand designado para ese tipo de cuestiones, portando nuestras credenciales.
Llegamos a Cintermex, moderno centro de convenciones que es la casa de la Animex, y nada de nada. Yo creo que ni prensa esperaban, porque si bien una señorita de nombre Lupita amablemente nos dio un brazalete de prensa (o de invitado), nadie tenía la menor idea de cuando estaría Doug Jones en el evento. Con decirles que estaban más preocupados por la firma de autógrafos de las voces de Naruto (¡!). Nos llevaron con el organizador, pero después de estar media hora esperando a que se bajara del templete en el que coordinaba unos detalles para un concierto de J-Pop (supongo), decidimos mandar al cuerno la idea de la entrevista. Entendemos que organizar un evento de este tipo sea algo muy pesado, pero el no tener la atención ni siquiera de confirmarnos o negarnos la entrevista (ni en en vivo ni por mail) fue irritante.
Supuestamente, el sábado Jones daría una conferencia general y una sesión de fotos pagadas, mientras que el domingo se darían los autógrafos gratuitos (o viceversa). El chiste es que de repente se nos avisó que el actor no estaría el primer día de actividades. El domingo pasó algo peor todavía. Nos comentaron que a eso de las tres de la tarde habría una breve firma de autógrafos, pues Jones tenía la agenda muy apretada. Con tranquilidad, nos fuimos a desayunar. Al regresar a las dos de la tarde, ¡no sólo ya había sucedido la sesión de fotos, sino que ya estaba empezando la conferencia general!
Me pregunto…¿y entonces para qué era el programa? ¿Eso es respeto para las personas que pagaron su entrada? ¿En verdad se puede organizar un evento en el que solamente uno de los chavitos voluntarios tiene más o menos la idea de lo que pasa, mientras que el resto está haciéndose tonto en un stand de «informes»? ¿O que el mismo personal no tenga idea de quienes carambas son sus invitados?
Ya la firma de autógrafos no estuvo tan de la patada, pues hasta eso estuvo más o menos organizada (si ignoramos que en un inicio había tres filas, y ninguna de ellas era la «oficial»). Tuvimos chance de saludar a Jones y pedirle su firma, pero eso no quita el mal sabor de boca. Mañana les pasamos un extracto de lo más interesante que comentó el simpatiquísimo intérprete de Abe Sapien en su conferencia. Porque a pesar de la desastrosa organización, este gentleman de larguísimas extremidades no tuvo la culpa. Esperemos que el próximo evento de los mismos organizadores (en noviembre) sea más inteligente.