En México existen importantes acervos documentales relacionados con los cómics o historieta, hace unos días tuvimos la oportunidad de charlar con dos expertos vinculados a dos de las colecciones más importantes de este rubro, y conocer un poco como fueron digitalizados estos archivos.
El Caso de la Colección de Carlos Monsivaís
Por su parte, Juan Nava, historietólogo, nos habló en entrevista del proceso de digitalización y resguardo que tiene actualmente la que es considerada la más importante colección particular de cómics en México.
Imagen 5. “Óyeme” No. 144, Editorial Argunentos/Vid, 1980. Portada por Luis Rey.
Para poder abatir tiempos en la digitalización de cerca de 36 títulos y más de 2, 200 historietas, Nava utilizó para dicho proceso un scanner de su propio diseño y patente.
El aparato se compone de dos placas (dos plattens) de vidrió en posición de V con dos cámaras cruzadas, y a diferencias de los triangulares que existen en Asia o las del mercado de un platten, además de que la fotografía digitaliza mucho más rápido, hasta 12 veces más rápido que un scanner plano. Sus planchas son tienen como dimensiones 46 x 70 cm. Lo cual permite también digitalizar originales mecánicos de gran formato o algunos periódicos.
Nava comenta que ha digitalizado un conjunto de comics que suman 3 millones de pesos en valor..
Comprende 12 títulos cada 4 meses, tres bloques en un año, son 36 historietas, unas que comprenden 1, 000 entregas de 4 páginas cada uno, o el caso contrario a títulos como “Anibal 5” de Alejandro Jodorowsky que se solo se integra por 6 números de 32 páginas.
El scanner permite enaltecer los valores de las obras originales, un número completo de 24 páginas puede pesar hasta 50 MB en archivo, y gracias a la digitalización se puede rescatar los colores originales, que incluso lucen más que en los impresos de los años 30. Hasta el momento se tiene registrado como uno de los ejemplares más antiguos, el de “Adelaido, el Conquistador”.
Sobre la consulta y puesta en línea de un catálogo comenta: “La Biblioteca de México tiene sus estructuras de trabajo, yo soy un investigador, pero no puedo estar con ellos, ellos usan scanner planos los cuales generan mucho ruido en la imagen, además de que se parten los lomos, la luz que le da a las páginas no es tan grave, como el daño físico al que se expone la obra”.