Sobre la última entrega de La Familia Burrón.
Como un homenaje al creador de la Familia Burrón.
Por Maira Mayola Benítez Carrillo
Como cada semana, desde hace un titipuchal de años, tengo una importante cita con La familia Burrón. En esta ocasión llegue puntual, pero ellos no. Pregunté, indague y mas tarde recibí la información vía Internet: “La familia Burrón llegó a su fin”
-Buaaaaa- Fue mi primer expresión.
-No, no puede ser, ellos no pueden colgar los tenis así como así, no se pueden ir al valle de las calacas. Que se vayan los malos, pero ellos no-
Entonces le hablé a San Nabor y le cuestioné:
-¿Por que te los llevaste, porque? Sniff, sniff-
Triste ante la nota, vino a mi mente aquel capítulo en el cuál los vecinos del Callejón del Cuajo están preocupados por los Burroncito, ya que no los han visto desde hace varias semanas, piensan que ya murieron y están en su casa bien fríos. Al final del capitulo nos enteramos que estaban fuera de ciudad, habitando una propiedad de uno de sus compadres con la intención de alimentarse mejor y olvidarse de la ciudad. -Puff que susto- Todos los inquilinos ya los hacían durmiendo con la huesuda. En esa ocasión la familia regresó para goce de los vecinos y los lectores. También recordé cuando por un error médico enterraron viva a Borola, y al salir de su tumba saltó disparada para corretear a Regino con una madera en mano, para desquitarse. Juar juar juar La madera tenia en un extremo un enorme clavo. Ah! y como olvidar cuando don Gabriel Vargas nos hizo creer que Regino ha fallecido, al final era un guión escrito por Reginito chico. Incontables las aventuras de la familia, como incontables las veces que se filtran en una conversación:
-Tan escandalosa y revoltosa que se parece a la Borola-, –Esos del carro van tan apretados como los Burrón-, -No grites te pareces a la Borola-, -Se perdió mi perro, voy a poner un letrero como los Burrón para que lo lea y sepa cuanto lo extrañamos-, -Tiene tantas mascotas que ya se parece a la Cristeta Tacuche con su cocodrilo Pierre y sus hipopótamos en la alberca-, -La flaca esa que se parece a Macuca-, -El grandote que se parece al Tractor-, -El que se siente poeta como Avelino Pilongano-, -Tan chismosa como las de la vecindad de los Burrón-, -Borracho como el Briagoberto Memelas-, -La gorda que se parece a la tía de Borola-
Y que tal su peculiar vocabulario:
El caletre, la sesea, la tatema, la de los pipis, la azotea
Remojar el gaznate, la hora de mover el bigote, mover la mandíbula, mover la quijada
Bodoques, chilpayates, pirrimplines, engorros, coconetes, chiquilistrines
Los de apipizca, los oclayos, las canicas
Bilimbiques, Money, fierros, del águila, tepalcates, lana, feria, pelucones
Jaus, cantón, pulguero, cuchitril
Chipocludo, a todo mecate, de rechupete, cuachalanguear
De volada, como de rayo, como bala
Albóndiga con patas, baloncito playero, timbón, bola de sebo
El bote, tras las rejas, a la sombra, enchiquerado
Chacotear, vacilón, relajo, descuajeringue
Los Burrón aparecieron en 1948 en las páginas del Pepín, como parte del elenco de Los Súper locos, y como resultado de una apuesta. Una venturosa apuesta que en la cuál los lectores resultamos ganadores.
La familia Burrón sobrevivió a fuertes crisis económicas desde su nacimiento, que se dio durante el gobierno de Miguel Alemán Valdez, y aguantó como buen mexicano sexenio tras sexenio crisis y devaluaciones. A pesar de los años transcurridos, del alza en los precios y considerando que estamos hablando de un artículo que no es de primera necesidad; continuó publicándose y prevalece en muchos hogares la tradición de leer las aventuras y desventuras de sus más de setenta personajes, entre los cuales destacan:
Borola Tacuche, Regino Burrón, Macuca, Reginito, Foforito, Wilson, Cristeta Tacuche, Boba Licona, Ruperto Tacuche, Bella Bellota, Robertino, don Quirino, don Caimán, Gamucita, Avelino Pilongano, Isidro Cotorrón, Sinfónico Fonseca, Alubia Salpicón, Susano Cantarranas, Floro Tinoco, Titino Tinoco, Juanón Teporochas, Briagoberto Memelas, La bruja Julisa, Pánfilo Bonete, Quintín Peluche, Kakiko Kukufate, Lucila Ballenato, Renato Ballenato, Roquefort el rey del queso, Olga Zanna, Vagancio Pocalucha, Diablo Lamberto, Conde Satán Carroña, Cadaverina, Narciso, Sombroso Mortis, Pinga Diabla, Calacón, La Divina Chuy, El sapo-rana y su muñeco Pompeyo, El cuaco-pollo, el currutaco, Generoso, El tata ruco, el Peterete salvaje, don Jovito Capaloros y su hija Doris Cocona, el Güen Caperuzo y su hermanita Caledonia.
Para mí la historia de la familia Burrón no ha terminado, simplemente pasaron a mejor vida y no precisamente por haber clavado el pico. Me quedo con la idea de que Borola armó tremendo pachangón por sus XV años vuelta cuatro, con todas sus cuatitas de la vecindad, y aceptó la invitación de su tía Cristeta para pasar larga temporada en París, la ciudad Luz. Borola metió a su viejo veliz sus medias llenas de nudos, sus tarzaneras balaceadas, una estola luida, se puso su mejor sombrero y su inconfundible abrigo. A toda prisa y meneando el bote salió de la vecindad seguida de sus bodoques para dirigirse a “El rizo de oro”, dónde el noble Regino peluquea al último cliente para después bajar la cortina y emprender una nueva aventura al lado de su adorada familia y su fiel perrito Wilson.
La Familia Burrón, única serie mexicana que apareció semanalmente durante seis décadas, semana a semana. En su primera temporada publicó cerca de 1,400 capítulos y en su segunda 1,616.
1/Sep/09