«La Nostalgia de las pequeñas cosas» regresa al escenario, en esta ocasión llega al Centro Cultural Carretera 45.

Escrita y dirigida por Ángel Luna, la obra ha puesto a reflexionar a jóvenes y adultos sobre la importancia de reconocer lo que les causa daño, de dejar atrás las promesas no cumplidas y las personas que los atan al pasado, resaltando en cada caso la esperanza de retomar nuevos caminos.
El montaje entrelaza tres historias con un final sorpresivo. La primera sobre el mundo de lo real, lo cotidiano; en la segunda cada personaje a manera de coro se parte en cuatro voces para dialogar entre ellos o con el público de su conflicto interno, divagando para encontrar respuestas; y por último, el realismo mágico, donde una extraña barca nos transportara de manera onírica a la isla de las cosas perdidas.
La escenografía de La nostalgia de las pequeñas cosas se basa en un dispositivo escénico de cuatro bancas inspiradas en la idea de un muelle que permiten, a manera de legos, la creación de distintos espacios y convenciones, logrando que el trabajo recaiga sobre el actor y su voz.
“Nuestra forma de trabajo es plantear espacios sencillos, minimalistas, que el trabajo siempre recaiga sobre el actor y buscar que la música tome un lugar importante en cada puesta”, comentó el director.