Por Esther García Ramírez
La Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México cumple 80 Años de actividades y al mismo tiempo se celebran los 40 Años de la Sala Nezahualcóyotl. Para festejar dichos acontecimientos, la OFUNAM presentó un programa conmemorativo el pasado 20 de marzo.
Bajo la dirección del director huésped, el serbio Bojan Sudjic, la orquesta inició el concierto con la Obertura académica festiva, op. 80 de Johannes Brahms, para seguir con el concierto para violín y orquesta no. 1 en sol menor, op. 26, interpretado por el violinista Vadim Repin; cabe mencionar que el músico originario de Siberia, ganó con su talento la simpatía del público asistente, que lo premió con largos aplausos y él respondió con una pieza más, en donde demostró sus grandes dotes como violinista.
Después del intermedio siguieron obras musicales de dos autores mexicanos, la primera fue Ríos y vertientes, del maestro Samuel Zyman, pieza de gran intensidad que provocó fuertes aplausos, sobre todo cuando el autor fue invitado al escenario. El público reconoció su talento con gritos y aplausos.
La obra siguiente de esta segunda parte del programa de festejo de los 80 años, fue Danzón no. 2, del maestro Arturo Márquez, que dicho por el propio autor: “es una manera personal de expresar mi respeto y emotividad por la verdadera música popular”. El músico también subió a agradecer los aplausos y “vivas” que su creación recibía y regresó al ser insistente el reconocimiento de los asistentes.
Del mismo Arturo Márquez, es la pieza musical que cerraba el programa oficial de esta conmemoración, el título de la obra es Goyas, que está inspirada en la porra y la historia –cierta o no- de cómo surge este cántico popular entre los universitarios: “Goo-ya, gooya, cachún cachún-ra-ra, cachún-cachún, ra-ra, goo-ya, Universidad.
Terminaba el concierto de acuerdo al programa, pero la celebración no, los aplausos y los gritos de petición por más no cesaron sino hasta que el director huésped Bojan Sudjic, regresó y obsequió al público Huapango, del músico mexicano Pablo Moncayo, pieza musical del gusto del público asistente. Al término de esta pieza, la euforia del público hizo volver varias veces al director para agradecer los aplausos.
Cuando algunos de los asistentes comenzaban a levantarse de sus asientos, las percusiones llamaron sus atención y uno de los integrantes de la orquesta -un violinista- se levantó y dirigió a músicos y público, para que juntos interpretaran “las mañanitas”; los aplausos y porra daban fin a este concierto de conmemoración de los 80 años de actividad de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y los 40 años de la Sala Netzahualcóyotl.