Tras del anuncio de que la nueva 007 sería una mujer, los fans han puesto literalmente el grito en el Cielo, pues consideran que eso estaría marcando el fin de la franquicia, y más de uno está acusando a las tendencias incluyentes de esta época de forzar el cambio del personaje.
Sin embargo, los más versados en la mitología del 007, están tomándolo con mucho más filosofía, pues hay muchas más cosas en esta decisión de lo que aparentemente imaginamos. Si bien es cierto que hay mucho de la nueva tendencia incluyente dentro de esta decisión, no hay duda de que se trata más de un elemento narrativo que un reemplazo. Cualquiera que conozca las novelas de Fleming, sabe que el 00 es una forma de rango extraoficial, concedido a agentes con la capacidad de matar a discreción.
Cuyo número ha fluctuado de 3 a 12, dependiendo tanto de las necesidades del MI6, como de los agentes con el nivel para merecerlo. Lo números no son exclusivos, y usualmente se les re asigna cuando alguno se retira o es eliminado. En las películas, por ejemplo, vemos a 009 morir en la secuencia inicial de Octopussy, para después saber que otro agente con el mismo número fue asesinado intentando matar a Renard en El Mundo no Basta.
Si recordamos, Bond se había retirado oficialmente en Spectre, por lo que era de esperarse que su número fuera reasignado a alguien más. Cualquiera que conozca algo de narratología, verá aquí el clásico conflicto del personaje que debe de recuperar su anterior posición, enfrentándose – o incluso teniendo que colaborar – con su sucesor. Es más que un hecho que eso servirá como un elemento de interés para el espectador, y que seguramente veremos a Bond recuperar su lugar al final de la misma. Así que, tómenlo con calma, pues es un hecho que esta situación será, seguramente, temporal.