The two Popes. Inglaterra, Italia, Argentina, USA, 2019.
- Dir: Fernando Meirelles
- Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas.
La iglesia católica vivió un momento histórico sin precedentes en 2013, cuando el Papa Benedicto XVI anuncia su renuncia al pontificado, y por primera vez, el mundo se enfrenta a la posibilidad de que existan dos figuras papales vivas con diferentes funciones e influencia dentro de la jerarquía católica.
Este suceso, es la materia prima para que Fernando Meirelles construya esta interesante película, a partir del guion de Anthony McCarten – cuya experiencia en películas biográficas incluye la Teoría del Todo y Bohemian Rapsody– y con la participación de actores de la talla de Jonathan Pryce y Anthony Hopkins, que conforman uno de los destacados repartos del último año.
Meirelles ofrece uno de los mejores ejemplos de cómo contar algo que no sucedió, con los suficientes asideros históricos que hagan posible la historia, tanto en el universo cinematográfico, como en la realidad. De hecho, no estoy segura de que pueda llamarse enteramente como una ficción, porque todo se vuelve real en la pantalla, además de que tiene la coherencia interna suficiente para no detectar ninguna contradicción.
Y aunque se nos advierte desde el principio que está “inspirada en hechos reales” cuesta trabajo pensar que tan ilustradora situación jamás sucediera. O por lo menos no del deslumbrante modo que la película plantea. Basada en libros biográficos, sermones y notas periodísticas, la cinta se construye en el peligroso y complejo límite entre la realidad y la interpretación. Y sale convincentemente bien librada, porque, a fin de cuentas, ningún modo de creación artística está libre de subjetividad y de la visión propia de quien la creó.
La cinta se centra en una supuesta conversación entre el Papa Benedicto XVI (Hopkins) y quien sería su sucesor, el Papa Francisco (Pryce). El entonces Cardenal Jorge Bergoglio, tenía la intención de retirarse, cuando es llamado a la Ciudad del Vaticano y asiste creyendo que es la ocasión en que el jerarca de la Iglesia Católica, podría autorizar su petición. No es spoiler si les digo que el retiro nunca se realiza y que el Cardenal argentino tomaría las riendas de la iglesia católica mundial, en un hecho sin precedentes en nuestra historia contemporánea.
Pero lo realmente interesante en esta cinta es la conversación que sucede entre los dos personajes que representan dos posturas encontradas dentro de la Iglesia: la tradicional y conservadora frente a la progresista y abierta a los cambios. Meirelles logra el punto exacto de una discusión atravesada por la fe, pero confrontada por temas como la homosexualidad, la guerra, el poder y los escándalos de pederastia.
Estas argumentaciones en realidad, no tienen como objetivo polemizar. Muestran lo diferente que pueden llegar a ser las personas cuando logran la cercanía necesaria para ser honestas. Extraños caminos del señor, dirán algunos, donde incluso las posiciones más encontradas terminan por hallar los puntos comunes que las conectan.
Las actuaciones de Hopkins y Pryce son impecables, logran que pensemos que incluso un Papa disfruta pequeños placeres, puede ser locuaz y hasta divertido, y que es consciente de que nadie tiene en sus manos la verdad absoluta.
Y si bien vale la pena verla por este gran duelo de actuación, no hay que omitir mencionar la asombrosa fotografía, la creación de los lugares emblemáticos del Vaticano, la inclusión de la mirada latinoamericana y de la compleja religiosidad en medio de una dictadura y por supuesto, la honestidad de tocar los escándalos de pederastia y del padre Marcial maciel. Esto último quizás de manera tangencial, pero es importante decir que no fue omitido.
Los dos Papas, al final, no es una película sobre religión. Es una cinta sobre la empatía y comprensión humana. Una lúcida fábula que muestra que hay mucho de verdad en aquello de que “el león no es como lo pintan”. Altamente recomendable.