¡Pixar lo hace de nuevo!… sí, hace no mucho tiempo así empezaban muchas de las reseñas dedicadas a las películas del grande de la animación hollywoodense. El estudio asociado con Walt Disney se afianzó poco a poco como el insustituible protagonista de los veranos familiares, y su estreno para la temporada más taquillera del año, era de lo más esperado por el público de todas las edades.
Sin embargo, fuera del éxito mundial sin precedentes de Coco, Pixar ha dejado de sorprender con algo verdaderamente novedoso, más allá de su refinada técnica de animación que cada vez resulta mejor elaborada.
Las últimas historias que nos han traído, (Soul, Onward e incluso la propia Coco) se alejan muy poco de lo predecible, de la poderosa sentencia de “sigue tus sueños” y “nunca te rindas en conseguir lo que quieres” que a estas alturas, ya empieza a ser repetitiva y algo hueca. Hay variantes, claro. Pero en esencia, son cintas orientadas a complacer al gran público que gustoso lleva a la familia al cine a disfrutar de una película con “mensaje positivo”.
La fórmula entonces, probada y verificada, se vuelve a llevar a la pantalla, en esta ocasión para contarnos la historia de Luca, un monstruo marino preadolescente, que sueña con salir del mar y conocer el mundo de los humanos. Y si en este momento pensaron en La Sirenita…pues en realidad, no se equivocan tanto.
Lo que sigue es como se lo imaginan, no considero “spoiler” decir que, en el camino, encuentra lo semejantes y complementarios que son ambos mundos, además de brindarnos a todos y todas una lección importante sobre la tolerancia y lo absurdo de los prejuicios hacia lo que es diferente.
Es ahí que llegamos al mensaje positivo que tanto gusta a las mamás y los papás para el plan familiar, y en ese sentido, la película cumple con creces con el cometido para lo que fue realizada.
¿Final feliz? Pues sí, sobre todo para la plataforma, ya que no llegará a los cines, pero sin duda será un éxito en levantar el número de suscripciones y en la venta de mercancía.
Más allá de lo bien hecha que está la animación, la belleza de la recreación de un pueblo pesquero de la riviera italiana y un muy disfrutable soundtrack, en realidad vimos un poco de lo de siempre, sin arriesgar demasiado y sin proponer nada nuevo tampoco.
Palomera y ya, justo para abrir el muy esperado verano post pandémico. Y quizás en eso si pensaron. Somos personas urgidas de menajes esperanzadores. Advertidos/as quedan.