En su reciente vista a la ciudad típica de Metepec, Estado le quitamos algunos momento a Luis Rey hijo de unas de las leyendas de la historieta mexicana y hoy día un de los ilustradores consagrados del mundo.
JM: ¿Cómo fue tu infancia entre los cómics mexicanos, que recuerdos tienes de éste, de Cervantes Bassoco y los otros autores?
LR: ¿Cómics mexicanos? Pues me temo que más que nada de niño fui bombardeado sin piedad por Walt Disney y Marvel; entre los diez y doce años yo era fanático de Batman… aunque debo decir que el principal amor de mi infancia fueron los Locos Adams… (continúo perteneciendo a tan ilustre familia).
La cuestión era que yo vivía en una casa cuyo principal ingreso económico se debía a las portadas que mi padre hacía para la famosa Editorial Argumentos EDAR. Y específicamente se debían a ese gran «hit» que resultó «Lagrimas, Risas y…»
Luis Rey Valderas, español de nacimiento y emigrado de la Habana, Cuba a la ciudad de México en 1961, fue la mina de oro que los de la Parra encontraron para hacer que su imperio de cómics «estelares» brillara y vendiera «por la portada». Ellos sabían que cierto tipo de cómic no tiene ni la mitad de gancho si no hay una portada que impacte o llame la atención (al menos). Mi padre trabajaba como mulo de las seis de la mañana a las doce de la noche… Cinco o seis portadas a la semana. Sus otros compañeros como Antonio Gutiérrez (ese hombre legendario que trabajaba aún más si eso era posible) hacían el resto.
Sin duda gente talentosa en su oficio… mi padre era definitivamente un experto portadista en su estilo. Lamentablemente la cuestión de creatividad era limitada a trabajos en serie para ilustrar argumentos dudosos a todo nivel (por decir lo mínimo, no voy a entrar en un análisis completo de lo aberrante de esa entelequia llamada Lágrimas, Risas y Amor aquí)… pero eso es mi opinión por supuesto.
Con respecto a Cervantes Bassoco, tal vez su caso era ligeramente diferente. Mi padre colaboró con él en el fantástico Tawa, el Hombre Gacela (una de esas creaciones verdaderamente raras -sobre todo considerando la época- en el cómic mexicano). La colaboración consistía en algo inusitado: mi padre hacía la portada y Bassoco desarrollaba el argumento interior de acuerdo al monstruo que a mi padre se le ocurriera… así que hasta yo llegué a quedar involucrado en este proceso alguna vez… siendo como era yo -un niño bastante rarito- mi padre me encargaba pensar en ideas lo más extravagantes posibles… la idea de esa famosa portada del monstruo- mano con tenebrosa cara y pies, es mía (si mal no recuerdo). Debo admitir que a pesar del lavado de cerebro nefasto de Disney, se colaban otras influencias como Kalimán, el Hombre Increíble… y después hasta Los Agachados.
Rius es un hombre muy, muy importante en el cómic y la cultura mexicana. Aún me gustaría hacer un libro con él como ilustrador… ya tengo el título y todo: Historia Machista de las Religiones.
JM: Aunque trillado ¿qué recuerdos tienes de tu padre como portadista e historietista nos puedes contar anécdotas o pasajes?
LR: Aparte de trabajo de sol a sol y muchas dificultades y angustias… muchas veces se me podía encontrar pegado a su escritorio observando atentamente qué es lo que hacía. Te podría gustar o no, pero su habilidad técnica era innegable y sobre todo su enorme rapidez.
Sin embargo, yo preferiría que mi padre fuera recordado por la serie de libros de texto de Ciencias Naturales para escuela primaria que desarrolló en esos mismos años.
JM: ¿En qué momento decides seguir, o quizás debería decir no seguir, los pasos de tu padre, cómo entras en el mundo del dibujo?
LR: La única área lejanamente artística en la escuela preparatoria era la de arquitectura… la terminé pero yo no tenía nada de arquitecto. A pesar de las perennes amenazas: los artistas se mueren de hambre, lo mío era pintar y esculpir, investigando fui a caer en una nueva carrera (entonces) llamada Artes Visuales que se daba en la Academia de San Carlos (UNAM) allá por Moneda detrás de Palacio Nacional. Para un niño educado en escuelas maristas (pero ya con fuertes trazas de rebelión: parafraseando a Nietszche, toda supervivencia a intentos sistemáticos de castración te vuelve más fuerte) el salto iba a ser considerable… tardé dos años en encontrarme a mí mismo en aquel nuevo mundo hostil… y cuando me hallé, ya no había vuelta atrás… al fin encontré lo que requería para expresarme y realizarme real e independientemente.
El cómic (específicamente los cómics underground) me tenían lo suficientemente fascinado como para que presentara mi tesis profesional basada en ellos (para sorpresa y duda del establishment artístico de la época… ¡aún recuerdo la cara del subdirector de la academia cuando hice la propuesta! ¡Y lo que discutimos!) Yo realicé en San Carlos la primera exposición de Cómics que se había hecho nunca en México (dentro de una escuela de arte al menos). A raíz de ello, se organizó por primera vez un taller de cómic en la Academia. Corría el año 1977. Y sin embargo, mi especialización dentro de la carrera fue la escultura en resina y fibra de vidrio (fui ayudante del taller de plásticos de otro de los grandes maestros de San Carlos: Leonel Padilla). La diversidad artística siempre ha sido mi anhelo personal… pero siempre dentro del surrealismo o simbolismo figurativista (tendiendo al hiper-realismo).
La cuestión es que para mí el arte es una forma de hablar… es más importante lo que tengas que decir (no importa el medio). Lo importante es el fondo… la forma viene después. Sin embargo, consideré que la ilustración y el cómic nos proveían de un tipo de «medio» donde el lenguaje puede llegar a mayorías (sin tanto elitismo artístico). Cualquiera puede tener una pieza artística sin necesidad de estar tan preocupados por tener «el original«… bueno, eso era lo que pensábamos entonces… y aún sigo pensando igual a pesar de todo.
Por supuesto hay algo más: quería vivir de mi oficio. Para un ilustrador se presentan más posibilidades de supervivencia que para un «artista«. Y mi independencia era un gran imperativo tanto entonces como ahora.
JM: ¿Cómo surge la amistad con Jodorowsky?
LR: Y entonces… llega Alejandro Jodorowsky. En mis últimos años en San Carlos -no recuerdo muy bien cómo- fui invitado a la casa de Alejandro que en esos momentos estaba buscando gente joven para hacer su propia versión de… Sucesos (nada menos… un mediocre pasquín oficialista gubernamental que -gracias a Alejandro y sin saberlo los editores- iba a ser convertido en un perfecto alarde de subversión y desmadre general). Justo a la entrada de su casa me encontré con Sergio Arau (que hacía dos o tres páginas de cómic en cada uno de los números… su estilo era algo así como ¡el Submarino Amarillo se encuentra con Karl Marx y a la mexicana!) y nuestra amistad comenzó inmediatamente. Alejandro era una máquina de creatividad… no tenía límites y por supuesto tenía (como todos) la enorme influencia del poder del cómic francés de Metal Hurlant y todos los genios que trabajaban en este tipo nuevo de Cómic Underground europeo que mezclaba surrealismo con ciencia ficción y literatura de alto calibre. Nos enseñaba con orgullo el original del fabuloso script de la legendaria versión nunca realizada de Dune dibujado por Moebius y por HR Giger, y donde Salvador Dalí habría de hacer de emperador.
Alejandro fue la primera persona que se atrevió a publicar mi trabajo personal, algo que le deberé siempre. El me escribió la dedicatoria de esa mi primera exposición de Cómic en San Carlos. Fue el motor que nos impulsó a todos y que me dio apoyo cuando desavenencias y divergencias de opinión con mi padre se habían convertido ya en irremediables.
Fueron grandes tiempos… ¡yo solo tenía 21 años!
JM: ¿Qué trabajos realizaste en México antes de irte a Londres, y por qué el cambio de residencia?
LR: Después del «asesinato» de Sucesos (Alejandro aún hoy recuerda con amargura lo que nos llegaron a hacer con tal de cerrar la revista… no podía durar en aquel México retrógrada de Echeverría, López Portillo y demás canallas), Alejandro empezó el proceso de emigrar a Paris (donde aún vive y sus colaboraciones con los grandes del cómic son legendarias) y el resto de caricaturistas e ilustradores del antiguo Sucesos quedamos en el aire para probar nuestra suerte en algún otro lado. Después de algunos intentos frustrantes con la editorial Novaro y tratando de buscar algo donde fuera para poder pagar la renta, encontramos poder hacer algo en la revista Interviú (sucursal mexicana de la revista original española).
Interviú nos permitió hacer algunas cosas bastante buenas (a nivel cómic ilustrativo) pero tampoco duró… así que encabezados por Sergio Arau (que siempre se distinguió por ser un líder generoso y mesurado) y con un equipo substancial que reunía a la flor y nata de la ilustración satírica de entonces (entre ellos Helioflores, Efren, Dzib y varios de los más distinguidos caricaturistas de la época) nos lanzamos a tratar de realizar al heredero de La Garrapata y al cual llamamos Quecosaedro.
Fue un intento heroico y (para mí) de alta calidad… Quecosaedro fue una revista magnífica mientras duró. Pero ya para entonces estábamos cansados de tanta incertidumbre y abre y cierre de revistas (con lo cual siempre salíamos perdiendo nosotros) y esperábamos un corte de papel en cualquier momento. Toda nuestra obra tenía siempre cariz político. Y continuaría así a pesar de hacernos la vida cada vez más imposible.
Así que tuve la oportunidad y decidí irme a la aventura de la España en transición. Barcelona no me resultaba tan ajena (tenía buenos familiares que me dieron asilo por unos meses mientras me salía trabajo). Al cabo de poco tiempo ya estaba independizado y empezaba a colaborar allá en diversas publicaciones, hasta que llegué a la famosa revista El Papus. Famosa por ser una versión del popular Hara Kiri francés (humor bestia y sangriento la llamaban) a la española y reciente víctima de atentado terrorista de extrema derecha.
Después de mucho luchar y de que mi trabajo fuera expuesto en la Primera Feria del Comic y La Ilustracion (1981) llegué a ser «portadista estrella» en El Papus. Tuve la suerte de que todos los periódicos barceloneses publicaran mi trabajo en primera plana. También tuve la suerte de que los delegados de Heavy Metal (la versión norteamericana de Metal Hurlant) se fijaran en uno de mis trabajos (originalmente la portada de la edición española de «Tigre Tigre» de Alfred Bester) y lo publicaran como contraportada de uno de los números.
Mis portadas iban un poco más allá del realismo: entre mis galardones personales tengo cartas de los Soldados de Cristo Rey amenazándome con bomba (por poner al Papa en calzones en la portada) y los militares españoles me llevaron a juicio por poner al futuro primer ministro socialista español (Felipe González) amenazado por una pistola empuñada por un coronel (1982)… parece que me salvé de ir a a la cárcel después de todo.
A la «muerte» de El Papus (murió tristemente más que nada por desidia y mala administración), me dediqué a ilustrar para sobrevivir con portadas de videos y otras publicaciones. La circunstancia española ya no me permitía algo substancial donde la creatividad me resultara útil.
Había que emigrar nuevamente. Así que la última emigración fue a Londres (1987) ya con mi nacionalidad española en ristre y donde de entrada encontré un respeto notable hacia todo mi trabajo. Nos decidimos a dar el salto y al mes tenía comisiones como portadista entre los muchos libros que se publican aquí.
10 años después de mi salida -1989- me re-encontré con México (con la enorme carga emocional que eso significó) y al año ya tenía planeada una nueva exposición en San Carlos con todo mi trabajo reciente. Así que en 1991 hice una exposición (bastante exitosa) donde Alejandro Jodorowsky volvió a hacerme de padrino, esta vez extendiendo aún más su dedicatoria (puede ser leída en mi website). Si hay algo a lo que intento ser fiel es a los amigos o a la gente que aprecio realmente.
He hecho también exposiciones y eventos en Londres, sobre todo cuando participaba en los eventos organizados por el Mexico Support Group (que apoyó la rebelión Zapatista desde un principio a mediados y finales de los años noventa) incluyendo un Altar de Muertos dedicado al Ché Guevara en 1997 y donde presenté colaboraciones de algunos amigos artistas mexicanos. El surrealismo (sobre todo el surrealismo mexicano) es algo que impacta y choca tremendamente con la mentalidad inglesa, pero que les resulta por ello casi imperceptiblemente atractivo.
JM. ¿Qué es lo que hace que te decidas por el mundo de la paleontología?
LR: El hecho de que en Inglaterra se publique mucho no significa que se publique mucho de gran calidad (para mí al menos). La mayor parte de las publicaciones en las cuales hacía portada eran… bastante mediocres, tanto como ciencia ficción como de horror (con excepciones claro. Hice una serie de portadas para Stanislav Lem -famoso por Solaris– de la cual estoy bastante satisfecho).
Llegó el momento crucial en que necesitaba dedicarme como ilustrador a hacer algo que tuviera utilidad real… tanto a nivel práctico como a nivel un poco más trascendental. Una de mis principales metas y que han servido de alguna forma a consolidar mis propias convicciones políticas es la promoción de la ciencia en general, el darwinismo y la evolución, la biología en general (con lo que ello conlleva para descubrir nuestro propio lugar en la naturaleza). Y ¿qué mejor que sintetizar todas estas intenciones en el estudio y divulgación de la paleontología? Los dinosaurios son populares así que me dan la opción de tratar de vivir de ello creando un estilo personal. Por otro lado, el tema de los dinosaurios siempre ha estado en mi cabeza (desde que hice mi primer libro de dinosaurios cuando tenía doce años… regalo a mis padres en 1967… después de la muerte de ellos ha pasado a mis manos nuevamente. La ironía de la vida).
Y para mayor ironía, mi primer intento formal en esta rama de «paleo arte» resultó un cómic (publicado por Marvel) acerca de un episodio de la vida de unos tiranosaurios (1992). A partir de mediados de los años ochenta, el estudio de los dinosaurios tomó un cauce completamente distinto: los nuevos descubrimientos los revivían de una manera que jamás lo habían hecho y mi interés se despertó a todo gas. ¿Dinosaurios emplumados? Aquello ameritaba un estudio a fondo y como cualquier tema que me interesa me dediqué de lleno a ello, asistiendo a conferencias internacionales como miembro de la Sociedad de Paleontología Vertebrada, trabajando directamente con paleontólogos (Incluyendo paleontólogos mexicanos como René Hernández de la UNAM y hasta haciendo labor de excavaciones en Saltillo) y culminando con la publicación reciente de la Enciclopedia de Dinosaurios de Random House (que nos presenta como co-autores a Thom Holtz, famoso paleontólogo de la Universidad de Maryland y a mí como ilustrador de más de cuatrocientas ilustraciones). Una enciclopedia entera ilustrada por mí. Cuando la tuve en mis manos casi sentí que podía morir tranquilo… Hasta la impresión era impecable.
La comunidad científica y paleontológica me han proporcionado un sentido en la vida y un apoyo que va más allá de fronteras y nacionalidades. Es un honor pertenecer a ella. Los paleontólogos nos consideran a los artistas sus «ojos» abiertos a la recreación imaginativa de un pasado remoto e irrepetible, y la enorme satisfacción de hacer de detective forénsico de fósiles es irresistible para mí.
JM:. De lo que has hecho de cómic ¿qué es lo que más te ha gustado?
LR: Mi tesis de 1977. Se llama El Galimatazo (Traducción de Alianza Editorial de «Jabberwocky» famoso poema «sin sentido» de Lewis Carroll que se encuentra en el libro Alicia a Través del Espejo). Hice una versión irónico subversiva del poema en plan cómic (distorsionando el sin sentido ¡si es que se puede ir más lejos!). El original fue expuesto en una de las galerías de San Carlos en esa primera exposición que mencionaba antes.
Este cómic fue finalmente publicado en la revista Ajoblanco (Barcelona). Sin embargo, no tengo mucho más en cómics, la influencia de mi padre siempre me empujó a ser más portadista que otra cosa.
JM: ¿Cuáles son tus mayores influencias en la plástica, a quiénes admiras en el mundo de las artes, el cine, la música?
LR: Es una pregunta muy complicada. La cinematografía ha sido terriblemente importante en mi desarrollo artístico (mis películas favoritas de todos los tiempos son Brazil de Terry Gilliam, Los Demonios de Ken Russell, Tierra y Libertad de Ken Loach, Johnny Tomó Su Fusil de Dalton Trumbo, El Ángel Exterminador y Ese Obscuro Objeto del Deseo de Luis Buñuel; y Blade Runner de Ridley Scott… y ya de paso V de Venganza… al fin un cómic donde el fondo es más importante que los efectos especiales). El cine mexicano también ha sido importante (con Canoa y El Apando entre muchas). Me ha encantado Batalla en el Cielo de Reygadas, Amores Perros y El Laberinto del Fauno ultimamente… pero hay muchas más.
La cuestión de un desarrollo de una filosofía personal también han sido esenciales: desde el Surrealismo y la Situacionista Internacional hasta los filósofos clásicos, pensadores anarquistas, Darwin y la sociobiología y hasta la arqueología en general han dado carácter a mi obra.
En cuestión a obra plástica. Magritte, Canogar, HR Giger, Chuck Close y muchos fotógrafos desde Mapplethorpe a Helmut Newton (pasando por Joel Peter Wilkin, Andrés Serrano y Saudek). Francisco Moyao (al cual rindo tributo y que hace sólo unos días lamentablemente ha muerto, fue uno de mis maestros en San Carlos y le dediqué una de mis obras) ha sido uno de los más importantes artistas mexicanos de los últimos tiempos… su obra e instalaciones son de una originalidad e impacto remarcables. Me ha impresionado últimamente la obra escultórica de Javier Martín y compañeros de San Carlos como Octavio Gómez y Antonio Salazar (cuyos talleres son realmente innovativos y con los que he colaborado, entre otras cosas dentro de una campaña contra el SIDA). A nivel de pintura Siqueiros, Frida y Diego siguen llevándome a la nostalgia. Con respecto a cómic, aún me siguen gustando las cosas de Richard Corben (una de mis mayores influencias en cómic). De los nuevos hay muchos, pero no los sigo tanto.
Pero más que nada, últimamente me he dedicado (en el ámbito no-paleontológico) a cultivar una relación especial con artesanos mexicanos como la familia de Tiburcio Soteno (Metepec, México) cuyos talentos están más allá de cualquier duda. Ha sido una cuestión de «intercambiar polen» mutuamente). Son gente extremadamente, generosa, talentosa y fresca y cuya narrativa (a través de árboles de la vida) se puede comparar muy fácilmente al cómic. Están abiertos a nuevas influencias y después de todo: ellos (todos los artesanos) representan mejor que nadie al Arte Mexicano con mayúscula y sin demasiados elitismos.
Ellos coleccionan mis cosas tanto como yo las de ellos… y estamos colaborando en obras intermitentemente. Acabo de terminar una obra con Carlos Soteno y Tiburcio ha interpretado uno de mis cuadros «a su aire» en barro dejándome la labor pictórica a mí. Me han enseñado regresar a la basa… a la tierra. Los Soteno son «estrellas» por acá por Londres y los traen bastante a menudo a dar cursos y hacer exposiciones.
JM: ¿Qué relación guarda tu obra con el rock Méxicano, The Mars Volta se puede contar como grupo mexicano?
LR: Dos vertientes: primero he sido amigo por muchos años de Sergio Arau… pero aunque lo aprecio enormemente, mi tipo real de música yace en áreas completamente distintas. En mis tiempos la cuestión era Led Zeppelin, King Crimson o Can y Kraftwerk? Santana y Javier Bátiz eran más bien distantes según para quien. Fui parte de un grupo de ruido vanguardista llamado «Como México No Hay Dos» (con el famoso Capitán Lujuria como líder, hoy conocido como el Capitán Pijama)… ¿no nos conocen? ¡No los culpo! Pero te aseguro que éramos punks antes que los punks existieran y armábamos desmadres memorables en varios auditorios universitarios y hasta en el famoso Hip Setenta (tienda de discos importados para contra-culturales como nosotros). Mi influencia ha sido (lamento decir) más que nada de rock internacional (sobre todo británico y europeo).
JM: ¿Qué es para ti crear, qué representa el papel en blanco?
LR: Pánico.
JM: Si estuviera en tus manos, y si lo deseas abordar ¿qué harías para que las historietas en México volvieran al esplendor de antaño?
Si Lágrimas y Risas es esplendor de antaño… mejor no regresar a él, por favor. La situación actual es muy diferente, no la conozco muy bien y está fuera de mi alcance. Mi único consejo es el que he dado antes: esto es una forma esencial de lenguaje… ¿qué es lo que puedes aportar? ¿Qué es lo que puedes decir? Tienes algo que decir o ¿nos vamos a quedar todos en tecnicismos y «forma»? ¿Nos vamos a dejar victimizar por la «media»? ¿Es el conformismo la mejor solución? Son respuestas que sólo uno se puede dar. Lo importante es lo que hay detrás… no los bonitos y muy técnicos resultados. Para un provocador nato como he sido yo a través de todos estos años, medias tintas no son válidas. Necesitamos más » V de Venganza«…
JM: Una pregunta quizás indiscreta, ¿Quien es Carmen, para Luis Rey?
Carmen es mi compañera desde hace 28 años. La encontré en Barcelona… y se ha arriesgado a vivir conmigo desde 1980. Obviamente ella es una de las pocas que se han dejado retratar o incluir en mi obra… el amor es una especie de locura como todo el mundo sabe. Ella es española, pero adoptó la influencia mexicana muy fácilmente y hasta llego a empezar a producir Alebrijes (algunos de ellos verdaderamente buenos) bajo la tutela de Los Linares y Susana Buyo. Ella llegó a organizar talleres de Alebrijes aquí, en Londres, resultaban exitosos y sobre todo, ¡muy terapéuticos! Nuestra casa en Londres es un monumento al Surrealismo y a la Paleontología…. política y dinosaurios… ¿hay algo más en la vida?
Gracias
De nada… esto ha sido un más que resumen de toda una vida… no ha sido fácil. Como dicen por acá: ¡keep the good work!