- Dir. Andrés Muschietti
- Reparto: Jessica Chastain, Nikolaj Coster- Waldau, Megan Charpentier, Isabelle Nélisse
Nada resulta más efectivo para infundir terror que combinar la maldad con la inocencia. La fórmula resulta tan efectiva que ha sido mostrada con múltiples variantes, partiendo siempre de un principio básico: no hay víctima más indefensa que aquella que ignora la maldad que esconde la persona en quien más confía.
Guillermo del Toro, productor ejecutivo de esta cinta, ha desarrollado todo un estilo propio alrededor de esta idea. Los niños y las niñas como lazo entre el mundo de los vivos con lo sobrenatural es contado en cintas como “Cronos”, “El Espinazo del Diablo” “El Orfanato”, “No temas a la Oscuridad” en las cuales el director mexicano ha tenido participación, ya sea como director o como productor ejecutivo y consultor.
Pero eso no quiere decir que por ser un lugar común para el género y para Del Toro, la película no sorprenda al espectador. En realidad es un trabajo destacado que recupera la esencia de los clichés al respecto, pero los combina con una historia que propone nuevas lecturas al respecto.
La película cuenta dos historias: una primera que da origen al conflicto central, y que se centra en la locura humana. Los seres humanos pueden ser insensibles y desquiciados sin que haya fantasmas de por medio, y por lo menos, eso queda claro al narrar la primera parte de la historia. La segunda habla de las obsesiones que persiguen a los seres humanos más allá de la muerte y que obligan a las almas atormentadas a reproducir imágenes distorsionadas de las pasiones humanas por toda la eternidad.
Todo comienza el día que Lucas Assange asesina a su socio de negocios y a su exesposa, madre de sus dos pequeñas hijas, a quienes secuestra con el fin de matarlas y después suicidarse. Luego de sufrir un accidente automovilístico durante su escapatoria y hallando refugio en una escondida cabaña abandonada, Lucas no puede cumplir con el siniestro propósito, debido a la protección de “algo” sobre las niñas. Sin embargo, inexplicablemente nadie encuentra a las pequeñas por más de cinco años, en los cuales nadie puede entender cómo es que sobrevivieron solas en el bosque por tanto tiempo.
Jeff (hermano gemelo de Lucas) nunca descansa en la búsqueda de sus sobrinas, hasta que finalmente las encuentra para llevarse un impacto aterrador: las niñas son ahora entes salvajes, que poco recuerdan de su vida pasada, trastornadas por el abandono, el hambre, el frío y la soledad. Jeff gana un juicio por la custodia de sus sobrinas y las lleva a vivir con con él y su novia, una chica que toca en una banda de rock, y se dice no preparada para la maternidad.
Pronto el asunto se vuelve todavía más oscuro, al descubrir que cosas siniestras empiezan a suceder y al parecer están ligadas con una presencia oscura que rodea a las niñas.
Lo interesante del asunto, es que la cuestión problemática se desenvuelve en un contexto fundamentalmente femenino. Los hombres de la historia, inmaduros y débiles (como el papá) o distantes (como el hermano que desparece un buen rato de escena), obliga a que las mujeres en distintas etapas de la vida, encuentren la manera de asumir los roles de protección, cuidado, amor maternal y solidaridad de género en situaciones atemorizantes llevadas al extremo.
La maternidad obsesiva, compitiendo con el cuestionamiento de que ser madre es la única dimensión de la mujer, constituye el discurso más evidente de la cinta. Al final, quizás la mejor reflexión es que madre solo hay una… afortunadamente.
Ello además en medio de situaciones perturbadoras que provocan varios brincos del asiento, y muchísima ansiedad en el espectador. Para aquellos que pagan un boleto esperando que una película de horror los asuste, sin duda la recomendación es amplia. Hay garantía de sobresaltos garantizados y quizás algunas pesadillas provocadas por el asunto. Que se diviertan
Lo mejor:
- Las niñas tienen un trabajo destacado y estupendo. Verdaderas actrices en cierne que llevan sobre su estupendo trabajo la columna vertebral de la historia.
- Por su parte Jessica Chastain demuestra una vez más su habilidad para sacar adelante personajes emocionalmente complejos. Sin duda una de las mejores actrices de su generación.
- La cinta está libre de todo contexto religioso. No hay cielo ni infierno, ni Dios ni demonio. Eso la hace sumamente interesante porque se centra en pasiones humanas y no en la condena por el pecado.