Con el propósito de ayudar a las personas que hayan perdido algún ser querido, Lic. Manuel Ramírez Director General de J. García López Grupo Funerario, dirigió unas palabras a quienes atendieron esta interesante conferencia.
El Lic. Manuel Ramírez mencionó que desde el inicio de la pandemia se prepararon para atender esta crisis y poco a poco fueron adaptándose a la realidad, tratando de respetar las costumbres de los mexicanos ante la muerte. “Hemos invertido una fuerte suma de dinero para mejorar los servicios funerarios tanto para las personas que disponían de un plan tanto como a aquellas que no lo tenían”.
“Ha sido un sinnúmero de personas que han sufrido la crueldad de no poder despedirse de un ser querido y expresarle que lo amaban, por esta razón invitó a María del Carmen Castro, una experta en el tema de “Tanatología”.
María del Carmen Castro platicó sobre el dolor que se siente al perder a un ser querido, deseó una gran fortaleza a las personas que se encuentran en esta situación. Piensa que la gente desearía poder tomar algo o tener una solución para evitar el insomnio, el dolor, la tristeza, el no haber podido enterrar o despedir a su ser querido por las reglas sanitarias.
“No se está pudiendo llevar a cabo un duelo adecuado ya que los familiares y amigos tampoco pueden apoyar o consolar a quien perdió a alguien. Por otro lado, no se le debe hacer caso a quien te diga que no llores o que no te sientas mal, etc. Si tienes ganas de llorar, llora, si en este momento no lo sientes así, está bien. Mencionó que las heridas físicas sanan a lo largo de varios días y por eso los médicos recomiendan reposo, cuidados, etc. Las heridas del alma también tardan en sanar y que refranes como “el tiempo todo lo cura” no funcionan para todos”.
Recomienda tener un “duelo adaptativo y funcional” para poder seguir adelante. Así es como dio algunas frases e indicaciones que pueden ayudarnos a ir trabajando el duelo ya que además de la pandemia, al cabo de los años, vamos perdiendo a más gente, padres, abuelos, tíos, amigos, etc.. por lo que aprender a hacer un duelo sano ayuda mucho porque no sabemos que hacer con lo que estamos sintiendo y sufriendo.
- “Moriste de una manera repentina, no tuve la oportunidad de decirte adiós. Ruego a Dios por tu paz y descanso, mientras tanto te llevo en mi corazón”.
- “ Es un adiós pero estás en mi corazón, no te olvido”.
- “Quiero despedirme de ti aunque ya no puedas escuchar mi voz. Siempre te amaré y el recordarte me llenará de sosiego”.
De esta forma se trata de acomodar o desbaratar esa “piedrita” que no se puede sacar.
A veces te preguntas: “¿Por qué a mí?, pero estas situaciones u otras peores, nos van pasando a todos, estas pérdidas nos hacen crecer, hay que resignificar la pérdida. Recuerda lo que te haya dejado ese ser querido, cual fue su trascendencia en tu vida. Con que te quieres quedar y con que no, pues cuando alguien fallece, se tiende a idealizar a la persona. Si esto se prolonga, es recomendable pedir ayuda para verlo en su justa medida, con defectos y virtudes.
Lo más importante es aprender a vivir sin la persona. Ya que por cada muerte se calcula que pueden ser desde unas 30 personas que se ven afectadas, en familias más grandes, serán más. Es indispensable procesar el duelo y cerrar ese círculo a través de emociones positivas.
En este momento debido a la pandemia, son muchas las personas afectadas, somos una sociedad doliente en este momento. Cuando no hay un proceso saludable del duelo, las personas pueden caer en alcoholismo, drogadicción, exceso de trabajo, culpabilidad y otras actitudes que hacen daño.
Es difícil despedirse, sobre todo cuando hay muertes repentinas, en esta pandemia se manejó que a los mayores de 60 años les afectaría más. La realidad es que han fallecido personas de todas las edades, dejando a los parientes consternados.
Hay que agradecer el día de hoy, estar vivos, seguir adelante, hay mucho por hacer
El miedo a morir.
Existe el miedo a la propia muerte y a la de otros, esto se debe al dolor que se experimentará, a la pérdida del ser querido, según las creencias -religiosas o no-, pero el que se queda es el que sufre.
El año pasado se experimentaron desde una a varias muertes en ciertas familias, el primer año de duelo es el más difícil pues llega la primera Navidad, el primer cumpleaños, etc… sin esa persona.
El miedo exagerado a la muerte es incapacitante, la gente no quiere hablar de esto a pesar de ser algo natural. Se experimente dolor, ira, soledad.
¿Qué es un funeral?
Es un conjunto de rituales y ceremonias que se llevan a cabo en los días cercanos al fallecimiento: despedirse, velar al difunto, hacer ritos religiosos, etc.
En el caso de las personas que no han podido hacer estos rituales como se acostumbra, podemos hacer uno con símbolos y objetos que nos permitan acercarnos al ser querido. Por ejemplo, su foto, objetos, ropa, velas, imágenes religiosas, hacer rezos u otros ritos de acuerdo a las costumbres y creencias de cada uno.
Es recomendable guardar algo de la persona fallecida, aunque no recomienda que se esté hablando o pensando que ese objeto es la persona pues esto puede hacer daño. En el caso de las cenizas del fallecido, no es recomendable tenerlas en la casa ni estar platicando con ellas como si fuese la misma persona pues esto no permite soltar o estar consciente de que la persona ya no está. El velorio se lleva a cabo para que los familiares puedan ver a la persona y acepten poco a poco la realidad. Es importante despedirse esté el cuerpo presente o no, como en el caso de tragedias naturales donde no se recuperan cuerpos.
Los rituales son para los que nos quedamos, para poder cerrar este ciclo, hay que perdonarse, en la ceremonia que hagas, puedes pedir y dar perdón, escribir una carta si quieres, o se lo dices a la persona en ese momento como si estuviera ahí. En algunos casos se han hecho los velorios virtuales, también es recomendable para mostrar apoyo, cariño y dar este “abrazo virtual”.
Puedes expresar tu tristeza, ira o las emociones que te surgen en esos momentos, escribe la carta y puedes revisarla o reescribirla durante 9 días hasta que te quede bien. Se puede depositar esta carta y la de otros familiares para luego quemarlas y soltar todo esto, dejando poco a poco el apego.
Para lograr un ritual exitoso, la experta recomienda hacerlo solo si crees que te va a funcionar, dejar de lado todo lo demás, concentrarte en el ritual, puede imaginar a la persona, saber que necesitas (pedir o dar perdón, lo que deseas decirle, etc.), Es importante tener las fotos, recuerdos, velas, oraciones, cartas, flores, etc, a la mano, ya preparado. Si va a ser familiar, hay que ver con cada miembro que le gustaría aportar ya que cada uno está viviendo su duelo. Si quieren leer su carta, decir algo, rezar, etc.. respetar lo que cada uno quiera hacer y no forzar a nadie a participar.
Obviamente en estos momentos es recomendable hacerlo de manera virtual, y si lo creen necesario, pueden hacerlo más de una vez. Organizar bien la logística, los católicos por ejemplo, pueden realizar el “novenario” de esta forma.
Una vez hecho el -o los rituales- no hay que pensar que se acabará la tristeza, dolor, etc.. pues esto es un proceso que lleva tiempo.
Algo importante para evitar problemas, pleitos, discusiones y más dolor, es que las personas se preparen a morir, elaborando un testamento, de ser posible, comprar por anticipado su servicio funerario, dejar instrucciones a la persona a quien desean encargar algún asunto. Si hay hijos menores, dejar algún seguro de vida y personas encargadas de su tutoría o de su cuidado.
Para finalizar, María del Carmen nos recomienda elaborar un duelo siempre que se sufra una pérdida ya sea de una persona, de un trabajo, en un divorcio o cualquier otra.
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