Por Héctor Garza
Este mes, estamos recordando una de las películas más icónicas de la ciencia ficción: Blade Runner, que de acuerdo a la primera escena de la cinta, se desarrolla precisamente en este mes, aunque nunca
especifica los días exactos.
La historia es uno de los mayores ejemplos que hay en cuanto al género cyberpunk, nos sitúa una distopía en donde los recursos del planeta se han agotado casi en su totalidad, por lo que son creados formas de vida artificiales capaces de realizar los extenuantes trabajos, pero han resultado tan perfectas, que son prácticamente imposibles de diferenciar de un humano normal.
Como toda obra de ficción, nos presenta dentro de su trama una serie de avances – o retrocesos – de la civilización. Y en este breve texto, veremos algunos de estos aspectos, y que tanto se han cumplido.
Replicantes: El punto focal de la historia, y quizá el más alejado de la actualidad. Estos seres no eran exactamente robots, pues no eran mecánicos, sino seres sintéticos, que envejecían y morían, incluso más rápido que los humanos, pero que tenían características físicas extraordinarias. El robot que pueda imitar perfectamente a un humano está aún lejos, y la imposibilidad de un ser sintético es mucho mayor.
Recuperación de especies: Una parte importante del comercio de la época eran especies animales extintas, que eran recreadas como mascotas, vendiéndose a precios muy altos. Si bien no se ha llegado a ese nivel de precisión, grupos de científicos han logrado recrear especies por medio de clonación, o crianza selectiva.
Inteligencia Artificial: Aunque no se ha llegado al nivel de especialización que vemos en la cinta, cualquiera que tenga Siri o algún otro sistema similar, verá que no estamos realmente tan lejos.
Autos voladores: Al igual que en Volver al Futuro, se cuenta ya con la tecnología para crear estos vehículos, pero aún no se ha conseguido ni la manera de hacerlos accesibles para el público en general, así como la logística necesaria para hacerlos seguros. Y es muy posible que no se llegue a dar en muchos años.
Edificios de 200 pisos: Cierto, ya los tenemos, algunos por la vanidad de ciertas ciudades o países por tener la torre más alta del mundo, otras, porque la vida en ciudades como México, Tokyo, New York, Beijing, ya no es concebida, si no vives en un edificio, con todos los servicios, de no menos de 15 pisos, algunos casos alcanzando los 50 y otros incluso rebasando el centenar de niveles habitacionales.
Teleconferencias: Si bien las unidades de escritorio que vimos en la cinta son posibles, el auge de los teléfonos inteligentes los hicieron imprácticos antes aún de aparecer. Quizá lleguemos a verlos en el futuro como una cuestión de moda, pero el celular sin duda lo ha derrotado desde ahora.
Crisis ambiental: Si bien no llegamos aún a los extremos que vimos en la película, no estamos tan lejos. Los recursos naturales se están agotando a velocidades alarmantes, y es posible llegar a ese nivel en unos cuantos años.

Lenguaje universal: La globalización que estamos viviendo actualmente no es física como lo vimos en la película, sino digital, pero del mismo modo, ha creado un código general que es usado en varios países
del mundo, aunque con variaciones regionales. De crecer más el movimiento de las redes sociales, es muy posible que pronto lo veamos de forma más globalizada.
Control de emociones: Si bien sólo se menciona, al parecer existe en esa época un dispositivo para controlar las emociones, aunque por lo que se menciona, su precio es prohibitivo. Si bien no es un
dispositivo mecánico, en estos años.es posible encontrar substancias tanto legales como ilegales, que proveen el mismo efecto.