Nuestro amigo Alvaro Sánchez en su blog de superhéroes tiene un interesante sección de Ciencia y Cómics.
Uno de los tópicos más llevados y traídos es la Muerte de Gwen Stacy y la verdadera causa de su muerte.
Mención aparte merece la opinión del público. Por supuesto que la muerte de Gwen fue un trauma para los lectores del cómic. Nunca antes se había matado a un personaje tan importante ¡Era la novia del súper héroe nada menos! Una idea impensable que, sin embargo, se convirtió en realidad. Y que tuvo otras consecuencias. Con Gwen moría también la Edad de Plata del cómic.
Evaluando los comentarios del autor que a continuación presentamos, nos gustaría saber su opinión.
Nuevos tiempos de oscuridad, antihéroes y batallas, en los que no siempre el bien vencería al mal. A partir de ahora, la victoria estaría del lado de los buenos, siempre que fueran más numerosos que los malos. En caso contrario, ya saben. Lo que no gustó mucho a los lectores aracnitas. Pero ya se sabe cómo son los fans. Quieren lo mejor para sus superhéroes. Esperable, por tanto, lo suyo.
Pues bien, como les adelanté, división de opiniones y errores varios ¿Pero cuáles fueron éstos?, Ante este tipo de pregunta, me gusta pensar como el carnicero de mi barrio, cuando dice: “Vayamos por parte”. Pues eso, analicemos cada uno de ellos.
Como bien sabemos, en un desesperado intento por detener su fatal caída, nuestro personaje lanzó una telaraña hacia Gwen, que logra detenerla sólo un instante antes de caer al agua. Y cuando la sube al puente junto a él, descubre entre asombrado y horrorizado que está muerta ¡Pero bueno! Lo del horror es admisible dadas las circunstancias, pero lo del asombro es que no tiene ni un pase.
¿Cómo Peter, un chico tan inteligente y de tan sólida formación científica, puede olvidarse de una magnitud física tan fundamental como el momento lineal o cantidad de movimiento? ¿No recuerda, acaso, sus Teoremas de Conservación y Variación? Teóricamente es increíble. Lo digo porque se estudian en el Bachillerato.
La publicación de la carta del profesor Kakalios en la revista Wizard, con el razonamiento científico de la verdadera causa de la muerte de Gwen, fue la primera pero no la única prueba de que el mundo del cómic aprendía de sus errores. También se montaron en el carro de las correcciones los propios protagonistas, aunque con suerte desigual.