Black Panther 2. Wakanda Forever. USA 2022
Dir: Ryan Coogler
Reparto: Letitia Wright, Tenoch Huerta, Angela Basset, Lupita Nyong´o, Mabel Cadena, Danai Gurira, Winston Duke, Martin Freeman.
Estimados lectores y lectoras, abróchense los cinturones, ajusten sus asientos y guarden su mesita de servicio: la fase 4 del UCM (Universo Cinematográfico Marvel) acaba de despegar.
Y con esto lo único que hay que tener en cuenta es que andamos en sendero desconocido. Con la partida de Chadwick Boseman, Marvel parece haber recibido un duro golpe para sus planes a futuro de esta franquicia, siendo claro que en un universo paralelo, donde Boseman estuviese vivo, esta película hubiera sido muy diferente.
Hay razones para pensar que había planes grandiosos para la secuela de la cinta acerca de la Pantera Negra: la primera cinta en solitario del personaje (Black Panther, R.Coogler, 2018) es uno de los más grandes éxitos de la franquicia, – y que conste que fueron 22 películas- la primera de ellas que fue considerada en los premios Oscar como candidata a mejor película, y la única en ganar la codiciada estatuilla por vestuario, sonido y banda sonora.
La joya de la corona para Marvel además tenía resuelto el asunto de la inclusión -en ningún momento forzada- al desarrollar un superhéroe negro, carismático, inteligente y poderoso; y junto a él, al único villano con consciencia social de todo este universo, y quien es a mi juicio, quizás el mejor del todo el UCM.
Pero las cosas cambiaron y hubo que reescribir la secuela. Al parecer el proyecto original se estropeó, pero Coogler tuvo claras tres cosas: una, Boseman se merecía un gran homenaje; dos, se necesitaría de otro villano vinculado a las causas justas y no a la búsqueda del poder en sí mismo y; tres habría que darle continuidad a la mejor de las historias dinásticas del UCM.
Y es así, que construyeron un Namor nuevo, – personaje que en los comics es un atlante- un mutante con ancestros mayas, que al igual que T´Challa, piensa primero en proteger a su pueblo. Namor es en realidad, el mejor acierto de esta secuela. La interpretación de Tenoch Huerta tiene alma y corazón, es difícil – quizás como mexicana y latina- no sentir empatía por su causa, su temor al saqueo, la destrucción y la esclavitud. Una cuidada investigación le dan el realismo que se necesita, para contar una historia fantástica.
Namor y Elik Killimonger, son revolucionarios con causa. Han vivido la opresión y quieren a su modo, acabar con las injusticias que los pueblos negros e indígenas han vivido por siglos.
Por su parte, la dinastía real de Wakanda, frágil y perdida, tarda en entender que los enemigos no son los Talocanos. Y esa es quizás el principal problema de esta cinta.
La nueva Pantera Negra tarda en entender que el enemigo es común para los pueblos oprimidos, y que en verdad había una buena razón para que Wakanda permaneciera oculta.
Pero en eso, ya llevamos más de dos horas de película. Salvo la introducción de Namor, que es la mejor historia que nos cuentan, la cinta es larga y tarda mucho en explotar. Cuando explota, la verdad, ya queremos que Namor le de una lección a la princesa que no entiende del todo cómo funciona este mundo malvado.
No es por supuesto, tan grandiosa ni tan emocionante como su predecesora. Pero es emotiva y un tanto innovadora. Bien bajados los balones de porqué hay vibranium en otra parte del planeta (si saben que el meteorito que mató a los dinosaurios cayó en Yucatán ¿verdad?), el de porqué los mayas nunca fueron sometidos por los conquistadores españoles y aparentemente “desaparecieron” de la historia, o el de los avanzados conocimientos científicos de la cultura maya. Ni hablar. ¡Que viva Talocan!
Por otra parte, el poderío femenino en las interpretaciones de Letitia Wright, Angela Basset, Mabel Cadena y Danai Gurira, también es digno de resaltarse.
El caso es que tenemos un nuevo antihéroe, que puede ser un gran aliado, y algunos personajes que pueden crecer. Pero Marvel tendrá que dejar de saturar de productos a la audiencia con miniseries, cortos y venta de juguetes y concentrarse en eso que hizo grande a la franquicia: historias de héroes con conflictos internos, además de poderes excepcionales. Ojalá nunca perdamos eso.