Norma Lorena Loeza
Period. End of Sentence. USA (2018)
Dir. Rayka Zehtabchi
Apenas podía creerse. La pasada entrega del Oscar 2019, vimos que se premiaba como mejor documental corto, una película que trataba sobre la menstruación. Muchas personas nos preguntamos ¿y por qué? ¿qué cosa nos falta por decir acerca de este asunto?¿que acaso no hemos superado el tabú acerca de un proceso tan natural y propio de la especie humana? Es claro que quien dude de la pertinencia y actualidad de estas preguntas, no debería perderse este extraordinario documental.
Este trabajo nos cuenta que en una zona rural de la India, las niñas y las mujeres nunca hablan de este tema, ni siquiera entre ellas. Tampoco tienen acceso a productos de higiene íntima, y lo precario de las formas en que afrontan el sangrado mes con mes, es insalubre e impráctico. El uso de telas las obliga a tener que cambiarlas con mucha frecuencia para no manchar su ropa, lo que les dificulta salir de sus casas, además de que el uso de materiales de que no es algodón o está sucio, las expone a muchos tipos de infección.
https://youtu.be/72tThkmKQIc
El tema además es “de mujeres” ya que a los hombres no les interesa involucrarse. Muchas jóvenes temen hablar de ello y algunas dejan la escuela, esperando resignadas el único destino de ser esposas y madres. Una mujer en estas circunstancias trunca su vida y sus sueños por el simple hecho de ser mujer y tener un periodo menstrual cada mes. Sí. Como lo leen. En pleno siglo XXI suena escandaloso que un proceso natural sea la causa principal de la desigualdad de género y sin embargo sucede para desgracia de muchas mujeres y niñas en el mundo.
El documental, sin embargo, también muestra una posibilidad de solución: con la ayuda de una comunidad de estudiantes de California, se forma The Pad Project, una iniciativa que les proporciona a algunas de estas mujeres, una máquina que de forma mecánica, produce toallas sanitarias elaboradas con materiales biodegradables, a precios accesibles.
Además de ello educan y comunican acerca del tema a jóvenes de sus comunidades. El resultado es un grupo de mujeres empoderadas que se ayudan unas a otras y generan ingresos que les permiten jugar un rol distinto en sus pueblos y familias.
En un gran ejemplo de lo que es ganar-ganar, el documental es una de esas muestras valiosas de que el cine es más que entretenimiento. Una de esas perlas de esperanza que tanta falta nos hace hoy en día.