Quentin Tarantino cumplió 50 años a finales de marzo. Amado por unos y odiado por otros, no podemos negar que el hombre es un referente del cine contemporáneo.
¿Qué hace tan especial a Tarantino? Para sus más grandes críticos, nada, pues aseguran que sólo recicla ideas de otros autores y obras para adherirlas a sus propias producciones. Asimismo, argumentan que no es un director serio, ya que no ha mostrado alguna película digna de ser tomada como un referente dramático, decantándose más por la violencia y la «sobredialogación«, lo cual genera que su público objetivo sea de una mentalidad adolescente y no adulta.
Y tal vez todo sea cierto, pero lo que nunca se ha mencionado es que el cine del nacido en Tennessee no se toma en serio a sí mismo. Gran parte de la vena creativa del cineasta procede de los filmes Serie B, los cuales tienen como fin sobrexplotar cualquier elemento hasta volverlo ridículo para poder captar audiencia. Así, conseguimos escenas con chorros de sangre, chistes raciales y salidas más propios de algún churro fílmico que conozcamos. Lo que vuelve grandioso todo ese caos, es que Quentin logra ensamblar todo de tal manera que encanta ridículamente .
Lo anterior no quiere decir que no toque temas polémicos o críticos dentro de su obra, lo que pasa es que dichos elementos están ocultos en medio de toda la hiperviolencia, los diálogos anecdotarios y los chistes de hamburguesas los cuales son grandes distractores y que, para el caso de Tarantino, es lo que se debe de ver en una primera revisión a su trabajo.
En otras palabras, no ha buscado la aprobación de la mentada crítica especializada, se ha centrado en hacer películas que le agraden a él y a gente con gustos similares a los suyos. Dejando de lado a los grandes círculos «cultos» de Estados Unidos y el mundo.
Hace unos meses anunció que sólo llegaría a las diez películas durante toda su carrera, con Django alcanzó la número siete (Kill Bill se toma como una debido a que fue separada por ser muy largo el corte original); únicamente le restan tres producciones a este genio de lo exagerado, esperemos que una ellas sea la rumorada Half-Life, basada en el juego homónimo de Valve y del cual es gran fan. Aunque lo que sea que entregue será igual de grandioso y ridículo. Es lo mínimo que se puede esperar de alguien que tiene como una de sus metas en la vida, encontrar las mejores papas fritas del mundo.
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