Por Norma Lorena Loeza
Rogue One. USA (2016)
- Dir: Gareth Edwards
- Reparto: Felicity Jones, Diego Luna, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Jimmy Smits, Donnie Yen.
El “momento Star Wars” más esperado del año, llega a las pantallas mexicanas con amplias expectativas, ya que los rumores de la aparición de Darth Vader y la inclusión del actor mexicano Diego Luna en un protagónico de la popular saga, parecía motivo suficiente como para generar interés en la enorme fan community que la saga Star Wars ha generado a lo largo de varas décadas.
Al parecer, los Estudios Disney están convencidos de que el futuro de la franquicia está en captar el interés de las nuevas generaciones, pero sin descuidar a las y los fieles seguidores que ya son “cincuentañeros” y que le tienen enorme cariño a lo que significa en sus vidas (me incluyo, por supuesto).
La cinta es un capítulo intermedio, narrando como fueron robados los planos de la Estrella de la Muerte, asunto crucial que detona el capítulo IV “Una nueva esperanza” en donde sabemos que lo descubierto en esta cinta provocará el primer encuentro real de Luke Skywalker con la fuerza y el inicio del despertar de su verdadera naturaleza.
El caso es que esta cinta es una muestra de lo complicado que resulta este propósito. El ánimo renovador lleva incluso a prescindir de elementos clave – como el asunto de las letras pasando por la pantalla, dando el contexto al incido de la cinta- y sustituyéndolos con otros que no siempre resultan acertados. A la cinta le falla un poco el casting, ya que a pesar de tener buenos actores en el elenco, la gran actuación de la cinta es un Peter Cushing digital.
De lo mejor sin duda Mads Mikkelsen que logra con maestría expresar el dilema entre hacer lo correcto y la contención. Felicity Jones y Diego Luna, nunca alcanzan los niveles de los héroes y heroínas de la saga, pero es claro que hacen papeles dignos que no tendrán continuidad, ni están llamados a ser parte fundamental de las sagas a futuro. A ratos es evidente que están conscientes de ello, cuando en realidad no se profundiza en las motivaciones de los personajes.
Si quisiéramos dividir esta opinión en lo bueno y lo malo – asunto maniqueo pero que de verdad ayuda tener una idea clara de una cinta como ésta- diríamos que lo mejor es que está perfectamente conectada con la historita y se sitúa correctamente en el plano narrativo del tramo importante que le toca contar. Eso habla de un gran esfuerzo de continuidad poco usual en tramas tan largas y seccionadas por largos periodos de tiempo en su realización. Los cameos de Darth Vader, el Senador Organa, la propia Leah, R2D2 y C3PO son guiños a los fans que son muy bien recibidos, generando incluso aplausos en la sala. La batalla estelar no decepciona y hace gala de una gran producción técnica.
th Lo malo: no vemos un héroe o heroína verdadero que crezca e experiencia y liderazgo. Hay que recordar que la Saga se trata de eso, de narrar en las galaxias un “camino del héroe” en donde una persona encuentra su verdadera identidad y entiende la misión de su destino. Eso no sucede aquí y quizás por eso cuesta reconocerla como una cinta Star Wars. Por otra parte se extraña el profundo mensaje de la filosofía Jedi que aparece de un modo un tanto marginal.
Por lo demás la gran figura de la cinta es La Estrella de la muerte. No cabe duda. Un arma letal que encarna y materializa el mal, siendo hasta ahora que sabemos que fue parida a partir de mucho dolor. ¿No les digo? Es verdad que las cosas tienen vida propia. Palomera y ya, una opción más para el cierre de año.