El pasado 2 de noviembre de 2019, en plena conmemoración del Día de Muertos, falleció el maestro Rolando Morales Estévez quien por más de 70 años dedico su vida a difundir y preservar una de sus grandes pasiones, la historieta.
Rolando Estévez, como era conocido por muchos en el medio artístico tuvo tres profesiones o bien tres actividades preponderantes, primero como fotógrafo oficial en el sector federal, luego como dibujante y ayudante del sector comunicaciones y transportes, y la última como caricaturista e historietista.
Como historietista, tuvo una trayectoria impresionante al ser colaborador de grandes artistas del medio, así como haber trabajado en las historietas más importantes de la historieta nacional.
Inicio su carrera al lado de Roberto Romaña, en algunos diarios realizado dibujos y caricaturas, en donde eventualmente presentó a un personaje de su autoría “Juanin”.
Desde 1953 se integró a al equipo de José G. Cruz en la elaboración de «Santo el Enmascarado de Plata», en donde se desempeñaba como fotógrafo de stock que utilizaba el editor para elaborar los famosos fotomontajes que encumbraron al célebre luchador como un ícono de la cultura popular. Rolando Estévez realizaba más de 1,500 fotografías del astro a fin de tener el material suficiente para la publicación de la historieta. En dicha publicación incluso participó en algunas escenas como villano o extra en los fotomontajes.
Pocos años después de unió al equipo de ayudantes de “Kalimán, el Hombre Increíble”, mientras que alternaba sus otras actividades profesionales. En los años 70 tuvo la dicha de poder dibujar la historieta de “Sube Pelayo sube” basado en el célebre programa de televisión.
En la década de los 80 llegó a él uno de los grandes logros en su carrera a ser el presidente del “Círculo de Tlancuilos”, Grupo que se encargaba de reconocer a los mejor de la entonces existentes industria de la historieta en México.
Años después, ya jubilado de la labor burocrática, en el afán de rescatar y promover a los grandes de la historieta, los titanes como él les decía, participó en el equipo de la exposición “Todos somos Burrón”, no conformándose con ser uno de los artistas que integrará su obra a la colección, se comprometió al 100% al ser parte del equipo del Comité, participando en la logística de la exposición en sedes como el Centro Cultural Ollin Yoliztli y la Casa de Cultura de Azcapotzalco.
Su pasión por preservar y difundir, la historieta lo hicieron que conformará un nuevo grupo de promoción cultural, llamado TICH (Tlacuilos, ilustradores, caricaturistas e historietistas), el cual buscó en todo momento el difundir no sólo la historieta, sino todas las manifestaciones artísticas, mediante la realización de exposiciones en diversos centros culturales de la Ciudad de México.
Su labor fue reconocida poco a poco por organismos e instituciones, en 2015 al lado de otros artistas, como Ramón Valdiosera, Luis Borja, Ángel Mora, Paco Baca, gracias entre otros recibió un reconocimiento a su labor en el Senado de la República. En diciembre de 2018, la CNOP, le realizó un homenaje, en tiempo y oportunidad, en la que amigos y familiares, honraron su labor y trayectoria.
Hoy Rolando se encuentra al lado de esos grandes historietistas, su labor como promotor, fotógrafo y dibujante permanecerá por siempre incólume.