Una prolífica carrera que comenzó a principios de la década de los noventas, Steve Carell ha sido un cómico que se ha especializado en el humor involuntario, o más bien, sus personajes awkwards e incomodos que siempre te hacen reír, un personaje recurrente que hemos visto en The Office, Dan en la vida Real, El Superagente 86, Loco y estúpido amor, y la película que para mí consagro a este actor como uno de los mejores de la escena con “Virgen a los 40”, una película que a todos nos recordó que puede ser muy difícil todo ese proceso.
Pero ya estamos muy acostumbrados a ese papel que yo y muchos más hemos definido como awkward o incomodo, y es que todos conocemos a un amigo así, que siempre tiene algo inoportuno o inconveniente que termina convirtiéndose en algo sumamente gracioso; uno de mis actores favoritos para este tipo de humor que me hace reír a carcajadas es él y Zach Galifianakis, expertos en llevar lo incomodo o molesto a lo humorifico. Se acuerdan de estos dos en “Cena de tontos” un duelo de dos titanes en esto de la comedia incomoda, pero a mi parecer esta película se la llevo de calle Galifianakis con sus breves pero muy buenas apariciones, de hecho, esa película sin él hubiera sido algo sosa y predecible.
Eso fue lo que me hizo pensar en la carrera de Carell, que últimamente a sus papeles le han faltado la chispa y el humor característico que me hizo reír con su clásico papel, un papel que pudo perfeccionar en las 6 temporadas en las que personifico a Michael Scott un tipo común y ordinario que nunca sabía modular sus comentarios o acciones.
Ahora pensando en su carrera filmográfica y en las últimas películas más taquilleras solo podemos mencionar a Loco y estúpido amor del 2011 y el Superagente 86 del 2008, porque fuera de eso su último filme The Incredible Burt Wonderstone en el que participo con Jim Carrey no pudo recaudar en taquilla el presupuesto de su realización, incluso la película que protagonizo con Keira Knightley Buscando un amigo para el fin del mundo del 2012 paso totalmente desapercibida de cartelera, lo me hace preguntarme que paso con el Steve Carell, el que tanto me hizo reír hace unos años; me niego a creer que desapareció lo divertido, dejando solo lo incómodo y estoy seguro que solo le hace falta el papel adecuado.