Norma Lorena Loeza
Suspiria. Italia, USA (2018)
- Luca Guadagnino
- Reparto: Dakota Johnson, Tilda Swinton, Angela Winker, Mia Goth, Elena Fokina, Malgorzata Bela y Chloe Grace Moret.
Podríamos solamente decir que esta cinta responde a la ya muy constante tarea de volver a filmar algunas de las películas más celebres de la historia, intentando darles nueva vida, hacer interpretaciones diferentes a los relatos o volver a contarlas para las generaciones actuales. Y nada de eso le haría justicia a esta propuesta tan original.
La verdad es que en la práctica, estos experimentos no siempre fueron exitosos y en muchos casos, hasta nos hicieron dudar de que el objetivo realmente fuera hacer homenaje algún cineasta, considerando las pobres propuestas realizadas . Por tanto, este remake tan anunciado de uno de los grandes clásicos del terror en los años setenta, generó entre expectativas y condenas provenientes de la amplia comunidad de fans que crecieron con esta cinta como referente. Al final el resultado es mucho más interesante de lo que podría pensarse, regalándonos uno de los mejores de intentos hasta la fecha, de cómo volver a realizar una película de culto sin estropearlo todo.
Ante el tradicional dilema de como atrapar al espectador/a, contándole algo que ya conoce, Guadagnino se concentra en contar la historia ampliándonos el contexto, trabajando un tono sobrio y menos colorido que la original cinta de Darío Argento y dotando a las protagonistas de personalidades definidas y con mayores motivaciones.
Es así que ahora sabemos que Susie Bannion (Johnson) la chica norteamericana que está cumpliendo el sueño de tomar clases de danza en la prestigiada academia Markos, viene huyendo de una mala relación familiar y del ambiente restrictivo y severo de una comunidad amish en Norteamérica. Esta decisión de incluir los antecedentes del personaje de Susie, nos llevan a comprender mejor sus ganas de huir, de ser aceptada, pero también su transformación a lo largo de la trama.
Pero esa no es la única decisión acertada que toma Guadagnino respecto de las protagonistas. La siempre impactante presencia de Tilda Swinton, le imprime al personaje de Madame Blanc, autoridad, misterio, seducción, poder y mucha mística. La personificación. de una maestra de danza implacable y estricta –muy al estilo de Pina Bausch- es sin duda de lo más relevante de la cinta, además de los otros dos papeles que desarrolla Swinton y que la hacen parecer como omnipresente.
El asunto de lo femenino en un aquelarre que sucede al interior de una escuela de danza, siempre fue de lo más original en la propuesta de Argento y acá no deja de ser un elemento trascendental. La diferencia es que Guadagnino nos explica de manera gráfica la unión entre danza, magia, dolor y muerte. Estas brujas bailarinas son diferentes, porque explotan el poder kinestésico de la magia para ejercer poder y dominio, lo que sin duda es otro de los grandes aportes de esta cinta con respecto a la propuesta original.
Finalmente, mención especial merece el contexto: un Berlín convulsionado, una toma enfocada permanentemente en el muro y una historia lateral de terrorismo, nos muestran el caos que existe tanto adentro como afuera de este mundo de mujeres, en una visión muy diferente a las que Argento nos mostrara en la cinta de referencia.
Al cuestionamiento de si la nueva versión supera a la original, me parece que no hay modo de responder esta pregunta, porque Argento construyó una visión propia, la dotó de una estética particular y le imprimió una marca indeleble como película de culto, realizada por quien con todo derecho es uno de los más grandes maestros del horror de todos los tiempos.
La nueva versión Suspiria, ofrece sin embargo, un nuevo rumbo a la práctica del remake, enriqueciendo la historia sin faltarle al respeto. Un gran logro que da como resultado una cinta perturbadora, al estilo de lo que es el horror hoy en día, donde la sangre no impacta tanto como una historia sombría de brujas bailarinas atormentadas. Yo les recomiendo que no se la pierdan.