- Norma Lorena Loeza
- T2. Trainspotting. Gran Bretaña (2017)
- Danny Boyle
- Reparto: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremmer, Anjela Nedyalkova.
Existe la creencia que cuando no logras superar algo en tu vida, se te volverá a aparecer de manera cíclica hasta que aprendas la lección que para tí encierra una determinada situación. Ese parece ser el tono de esta segunda entrega de una de las películas más emblemáticas de los años 90.
Evocadora para toda una generación, Danny Boyle nos cuenta lo que pasó con estos cuatro antihéroes que representaban de algún modo la desesperanza y el no futuro en clave rebelde. El cuestionamiento al sistema (¿porqué habría yo de querer todo eso?) parecía encontrar un camino alterno en donde la heroína era la mejor consejera. Sin ánimo moralista, el mensaje era muy simple. Escoge tu vida y toma decisiones difíciles, porque de todos modos, la vida no ofrece más que eso: disyuntivas.
Boyle decide que estos personajes tienen que mostrarnos las consecuencias de haber elegido de entre esas cuestionables opciones disponibles. El panorama se vuelve triste y desolador. 20 años después, sigue sin haber opciones a pesar de la globalización, la tecnología, las redes sociales.. El discurso se renueva un poco, pero en realidad no cambia. Amistad, traición y desesperanza sigue siendo la tónica en medio de una historia donde es evidente que para los protagonistas el mundo va siendo un lugar cada vez más extraño, con otros códigos, otras lógicas, pero la misma trágica sensación de que se corre en círculos viciosos.
Por otra parte, la cinta apela a la nostalgia a cada momento. Al igual que la primera entrega, hay humor flemático bien dosificado, y un soundtrack excelente que incluye los memorables momentos cinematográficos que recordamos todos. Incluso unhomenaje silencios a David Bowie y una nueva versión de Lust for life de Iggy Pop. Una suerte de intertextualidad auto referenciada que sin duda resulta del gusto del público que adoró la primera entrega.
Pero no ofrece más que eso: una historia en donde queda claro que crecer, envejecer y madurar no son sinónimos. Puede incluso resultar depresiva para los mayores de 30. Advertidos quedan.