El libro El loto rosa fue publicado el año pasado como un homenaje a Hergé, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Reúne cinco ensayos en que se analiza a fondo el personaje, desde su historia a los recursos narrativos de sus aventuras escrito por Antonio Altarriba(ilustrados por Ricard Castells y Hernández Landazábal), y se cierra con un relato en el que Altarriba imagina la vida de Tintín doce años después de la muerte de su autor.
Se ha hecho mayor y es escéptico respecto a su existencia. Es un Tintín más maduro, actual y moderno. Ha crecido y ha mantenido relaciones. De este modo, el guionista ha pretendido abordar dos cuestiones que siempre han merodeado al personaje, La ausencia del paso del tiempo y la abolición de la presencia femenina, en sus peripecias nunca hay mujeres, excepto la Castafiore.
Esta versión adulta no ha gustado nada en Moulinsart, la sociedad que reúne a los herederos de Hergé. Sus abogados contactaron el pasado febrero con Ediciones de Ponent e intentaron frenar la distribución del volumen, del primer tiraje con 1.500 ejemplares. Querían que la cadena de librerías FNAC de Europa, deje de venderlo.
Altarriba lamenta que el estricto control de los herederos limite que cualquier autor pueda adaptar al personaje. La medida de Moulinsart plantea un debate importante, señala el guionista, porque se sitúa en el límite entre «el ejercicio de un derecho legítimo de propiedad intelectual y la censura a la hora de marcar lo que se puede o no decir sobre un personajes.