La semana pasada, tuve la inmensa satisfacción de contactar con Eduardo Soto Díaz, director de la revista mexicana «El Metiche«, y principal promotor del Museo de la Caricatura y la Historieta (MUCAHI), ambicioso proyecto con sede principal en Cuautla, Morelos, y que lleva ya más de siete años abriendo sus puertas a todos los fanáticos del cómic.
Estas son las palabras con las que César Zantivañez de El Jardín de las delicias, presenta a Eduardo Soto, mejor conocido como El Metiche.
Respecto a ¿Cual es la función social de la historieta mexicana? el Director del MUCAHI responde:
Cuando las historietas mexicanas empezaron a popularizarse, como en varias partes del mundo, supongo, salieron de los diarios de información para crear diarios exclusivamente de historietas (esto sí ha ocurrido sólo en México). Te menciono a Paquín, Pepín, y Chamaco, publicaciones que nacieron como semanarios entre 1933 y 1936, y para 1939 ya todos eran diarios con tirajes que rebasaban el millón de ejemplares (diarios) en conjunto. México venia saliendo de una guerra civil sangrienta, la Revolución (1910-1920), la Revolución Cristera (1923-1926)… en los treintas por fin el pueblo de México respiró un poco de paz, los diarios de monitos eran un buen escape para la evasión y el entretenimiento. Esto dio origen a lo que llamamos la Época Dorada de la Historieta Mexicana, que se desarrolló entre 1939 y mediados de 1950. A mediados de los cincuentas hubo una crisis que derivó en la desaparición de los diarios de historietas, pero para entonces, los mexicanos ya estaban acostumbrados a leer monitos, y lo que es más, estaban acostumbrados a comprar historietas. De manera que, en los sesentas, se inició una nueva etapa de nuestra historieta (la de plata), con la aparición de Memín Pinguín, Kaliman, Santo, Chanoc, Fantomas, etcétera. México captura nuevos lectores mas allá de nuestras fronteras, sin necesidad de superpoderes. Nuestros personajes todo lo resolvían con inteligencia y mucho humor.
Pueden leer el resto de la entrevista aquí.