Uno de nuestros grandes amigos Jesús Antonio Hernández, quien estará presente en la Experiencia, concedió una entrevista al periodista Aldo Bonnani de MexicoComics, y la Jorganda de Oriente.
Jesús Antonio Hernández es un creador mexicano cuyo trabajo en la historieta es, por sorprendente que parezca, más conocido en Europa que en su país natal. Para quien vio la luz del mundo en Querétaro el 12 de febrero de 1975, el reconocimiento a su capacidad como historietista no se dio en México hasta que su nombre comenzó a figurar en publicaciones españolas, italianas y estadounidenses.
Entrevistado durante la pasada TNT gt2, Hernández platicó con La Jornada de Oriente sobre su trabajo y su perspectiva acerca del mundo del cómic.
-¿Cuál fue tu primera experiencia profesional como dibujante? -se le preguntó.
-Publiqué un cómic independiente hace como unos cuatro o cinco años que se llama Rocket girl. De hecho todavía sigo involucrado en el proyecto, y la intención es en este año acabar el número 3 y poder acabar también el número 4. Le estoy ayudando a un buen escritor que se llama Nik Havert, y también con él he estado haciendo proyectos, y esperemos que él pueda también hacer lo suyo en Estados Unidos y lo complementemos.
-¿Cuáles son tus principales influencias, a quiénes admiras más como autores?
-Ay, la listota enorme… soy arquitecto, entonces de alguna manera sí tengo referente sobre líneas definidas: me encanta el trabajo de Kaluta, me encanta el trabajo de Manara, me encanta el trabajo de Serpieri, Alex Raymond, Foster… de los actuales: Silvestri; Nolan, que es así como que mi ídolo, sobre todo por la forma en que hace los ojos, por la personalidad que le pone en los entintados sabes que es Nolan; los Kubert; Romita, toda esa generación tanto pasada y nueva. De los nuevos me gusta el trabajo de Jim Lee, nada más que es chistoso: me gusta mucho cuando dibujaba a los Hombres X; lo que hace ahora ya no me gusta. Travis Charest me encanta; retomando de nuevo a los antiguos, me gusta mucho el estudio, lo que es Barry Windsor-Smith, lo que es Jeffrey Jones y Berni Wrightson, que son los que me encantan de esa época… Alphonse Mucha, que para mí es un ilustrador que es de los importantes; Klimt, pintores… Siqueiros, lo que es Rivera, los muralistas, Atl, toda esa generación, y pues sin querer te has fijado que es muy variado de donde sacas la influencia o los gustos personales.
-¿Cuándo, cómo entraste al mercado europeo y al de Estados Unidos?
-Tocando puertas. Aparte porque soy medio testarudo. Tenía muchas ganas de estudiar en una escuela de arte, pero no me aceptaban porque no tenía el requisito de haber estudiado una carrera, y eso me hizo sin querer enfocarme a alguna asociación de comics; intenté la italiana y no hubo respuesta; intenté la española y hubo respuesta, y ellos me vincularon al medio europeo y aparte lo que sí he tratado de hacer es no tanto hablar, sino que mi trabajo hable; entonces mando mis imágenes, mando el trabajo que hago y si ellos ven algo importante en mí, así es como he conseguido los pequeños o grandes proyectos. Todo ha sido recomendaciones, tengo amigos, españoles en su mayoría, que son los que me han estado apoyando.
-¿Cuáles son las principales diferencias entre trabajar con los estadounidenses y los europeos?
-A mí me encanta trabajar con los gringos porque con ellos es sí o no. A ellos no tienes que decirles que «no pude entregar, pasó esto…» Ellos tienen una fecha límite y tienes que respetarla, o si hay alguna modificación ellos mismos te dicen: «A ver, dime qué va a pasar», y con base en eso uno mismo es el que decide. Entonces yo le veo mucha sencillez a trabajar con ellos. En cuanto a los europeos lo que me encanta es la libertad: te dan una libertad creativa. La situación es que ellos te dejan más tu visión; ellos complementan después con lo que puedan aportar, y nada más lo único que hacen es como reforzar el trabajo, mientras que como decía Mario Guevara (en una conferencia que ambos dieron), en Estados Unidos cada quien tiene su trabajo definido: quién es guionista, quién es dibujante, quién es entintador, cuando el europeo no: el europeo siempre es completo. La mayoría de los autores españoles que conozco saben escribir, saben entintar, saben dibujar, saben hacer las historias, y normalmente sólidas, que es lo importante.
Jesús Antonio Hernández ha participado en los proyectos españoles Chapapote Móvese, En tinta propia 11 M, Boom anuario de terror AACE, dibujo político para la revista electrónica La Kodorniz y Harte. En Italia, Djustine e Zatana, y en Estados Unidos, la ya citada Rocket girl. En cuanto a México, ha realizado carteles de lucha libre para la Arena Querétaro y fue el portadista de Desde la tercera cuerda, proyecto independiente de cómic enfocado al pancracio. Sobre la situación actual de la historieta en el país opinó:
-Hay demasiada gente talentosa aquí en México y sé que va a haber pláticas con buenos autores mexicanos para hacer cosas. La cuestión es apoyarnos entre nosotros, que se vea que por lo menos estamos moviéndonos, y que no nos quedemos en la tonta crítica y en la envidia total porque otra persona está pegando en el extranjero.
-¿Qué piensas que hace falta en México para que haya una verdadera industria del cómic?
-Lo que estamos haciendo es arte, arte subjetivo, y no le tiene que agradar a cualquier persona, pero eso significa que tú también puedas poner tu punto de vista, y si puedes hacer una escuela, de maravilla. Sí hay formas de poder hacer un movimiento mexicano, pero que no quede como el movimiento mexicano de la idiosincrasia. A lo que me refiero es a que nosotros, como mexicanos, pensamos que todo lo cultural, que hablar de prehispánicos, hablar de mayas, eso es el cómic nacional. No. Esto es abrir brechas. Esto significa que tienes que hacer historias de horror; no sé por qué no se ha explotado más; es parte de nuestra cultura. No sé por qué no han explotado más hasta el arte erótico. Que vaya más allá de lo que eran las «sensacionales» o las «pechugonas», sino que haya por lo menos una situación como la de Serpieri. Serpieri es grotesco en el trazo, grotesco en la trama, y funciona. Y lo peor de todo es que lo contemplas con un cómic mexicano y uno ve vulgar el cómic mexicano. Entonces de lo que hablo es de que haya una revalorización del artista mexicano, y que él mismo se la crea.