Por Lorena Loeza
Batman vs. Superman. Dawn of Justice. USA 2016.
- Dir: Zack Snyder
- Reparto: Ben Affleck, Henry Cavill, Gal Gadot, Amy Adams, Jeremy Irons, Laurence Fishbourne, Jesse Eisenberg.
Por fin en las salas mexicanas y de todo el mundo, una de las películas de superhéroes más esperadas, más polémicas y comentadas incluso antes de su estreno. Ahora que la hemos visto, el debate no sólo no bajó de tono ni de intensidad, sino que entró en el terreno la taquilla, la única opinión que los estudios escuchan y que la coloca como la más exitosa del 2016 – por lo menos hasta ahora, habrá que ver lo que sucede con Civil War y Suicide Squad, no hay que cantar victoria todavía- y ello basta para que ya sea considerada por algunos como un éxito rotundo.
Pero las críticas y comentarios acerca de la película no cesan con los datos de las cifras recaudadas, y de hecho, ahora se pueden dividir en dos tipos: los que son estrictamente cinematográficos y los que tienen que ver con la manera en que la cinta refleja – o no- una larga construcción de los personajes y sus historias en los comics. La enorme fan community de personajes como Batman y Superman ha estado opinando del proyecto aún antes de haberla visto, centrada en varios puntos álgidos como la elección de Ben Affleck para interpretar a Batman/Bruce Wayne y a Zack Snyder para dirigir la película.
Después de ver la cinta, al parecer las opiniones siguen divididas… pero Ben Affleck ha dejado de ser el centro de todos los malos comentarios. ¿Porqué? Porque Affleck no lo hace tan mal, después de todo. El Batman que logra crear es muy diferente a los anteriores, mucho más sobrio y oscuro lo que lo coloca cerca de la esencia misma del personaje: un murciélago humano atormentado por el pasado, pero obsesionado con la idea de hacer lo correcto. Affleck encuentra una excelente réplica en Jeremy Irons, el Alfred que hasta ahora no habíamos visto: sarcástico y gruñón, que no duda en burlarse del “señorito” y ridiculizarlo en su propia cara.
Affleck termina siendo parte de un par de memes, en las redes, pero Snyder no corre con la misma suerte. Las críticas a una película carente de ritmo, con efectos mal logrados y actores de primera línea que nunca logran entrar en sus personajes, se vuelven contra él y cuestionan seriemente su oficio cinematográfico. Los comentarios a la manera en que la historia está contada no van en función de los personajes y su adaptación al comic, sino a la hechura de la película misma. Y eso sí debería preocupar a cualquier director que se precie de serlo.
Sobre todo porque mucho tienen de ciertos. La película tarda mucho en arrancar, es lenta y larga (2 horas y media) y con huecos narrativos evidentes. Los personajes tardan mucho en empezar a contar la historia y el espectador se distrae entre tanto flash back que además ya hemos visto antes, para considerarse casi un cliché.
Algunos momentos brillantes hacen pensar que la idea de la cinta se pierde en medio de secuencias largas y un tanto sensibleras, y que en realidad recuerdan el trabajo anterior de Snyder con Superman, por lo que pareciera que la película nunca dará el salto para algo más grande. Entre la mala dirección está el que los actores y actrices no entren nunca en personaje; como el caso de la polémica actuación de Jesse Einberg, que no logra convencer del todo como el archivillano criminal Lex Luthor, que en esta película no pasa de ser un muchacho atormentado por una infancia infeliz y enojado por ello con el mundo.
Y es que al parecer DC comics y Warner Brothers quisieron adelantar en una sola película el lanzamiento del universo extendido para sus superhéroes y la creación de la Liga de la Justicia. Una jugada que a Marvel Studios y a Disney, le llevó más de nueve años lograr, con una serie de películas unitarias interconectadas para llegar al apoteósico éxito de los Vengadores.
Y no es que no se respeten las historias, no es que quienes hicieron la película nunca hayan leído los comics. Es que se apresuraron procesos que son largos –las historias gráficas son eternas ¿no?- se atiborraron cosas y no se dio tiempo suficiente para entender lo que sigue.
Pero hay algunos elementos brillantes -como el cameo de Neil de Grasse Tyson que es grandioso- así como el apego a los comics en escenas clave como la pretendida “muerte” de Superman. Lamento el spoiler, pero creo que a estas alturas ya la vieron las y los que la querían ver y quienes no, pues esperaran a Netflix o HBO sabiendo que estas cosas pasan.
Mención especial y aparte merece Gail Gadot como la Mujer Maravilla, ya que a pesar de que su participación es corta y no resulta central para el relato en esta cinta, la enorme expectativa de ver a la sucesora de Linda Carter se cumple de manera digna. El personaje sin embargo deberá crecer y perfilarse mejor para mostrarnos a la semidiosa que sólo conocíamos gracias al relato televisivo que la convierte en ícono para la cultura popular en los 80´s.
Por lo demás, es claro que no hemos visto todo y que la Liga de la Justicia irá madurando en las pantallas poco a poco. Este es solo el principio y como se dice en los comics – esta historia continuará.