Ayer me pasó algo muy simple, pero sorprendente y desalentador, para quienes de alguna forma neceamos y queremos convencer a medio mundo de que los cómics no son cosa de niños (corrijo: hay fabulosos cómics para niños, y supongo que también los debe haber de malísima calidad) o que pueden ser algo serio y respetable, con las mismas posibilidades que cualquier otro medio masivo. Ahora que lo pienso, creo que no se trata de convencer. Uno trata de compartir el gusto por estas historias con un montón de personas que pasan por nuestra vida, casi siempre sin éxito. Pero con que uno esté convencido de lo chido que es leer cómics, es suficiente. Los demás se pierden de una GRAN experiencia. Y uno sigue a todo dar leyendo sus cómics.
¿A qué viene todo este pataleo?
En esta onda del Segundo Encuentro Internacional de la ANG, organizado en la Universidad Iberoamericana, estoy encargado de invitar a medios de comunicación a cubrir el evento, así como a ofrecerles entrevistas con los ponentes. El miércoles que anduve mandando invitaciones y haciendo llamadas, me sacó bastante de onda la respuesta que obtuve en dos periódicos: La Jornada y La Crónica de Hoy.
Al invitarlos a la conferencia de prensa de ayer, en las secciones culturales de ambos diarios, me dijeron «ese tema lo cubre espectáculos», y de hecho hasta me llegaron a preguntar «¿pues eso de los cómics es del Hombre Araña y esas cosas no?». Me quedé asustado, sobre todo cuando (después de subrayar que el encuentro era una onda académica, con artistas nacionales y extranjeros) en La Jornada me subrayaron todavía más que de plano ese tipo de eventos lo cubría la sección de la farándula.
Yo recordaba que La Jornada era el periódico de la cultura por excelencia. Espero no les suene muy clavado todo esto, pero si me dio tristeza que a un medio reconocido como difusor cultural le valga un cacahuate el cómic. Una cosa es que el cómic sea un medio de comunicación enfocado al entretenimiento (en primerísimo lugar, ya habrá luego quienes con su trabajo lo elevan al estatus de arte), y otra es que nuestros queridos monos compartan página con Niurka y Carmen Salinas.