Por José Alberto Benítez Cruz, desde el hospital de especialidades.
En los años que reinaba Televisa -y los controles remotos de la televisión éramos nosotros mismos-, cuando todo lo veíamos en blanco y negro y sólo accedían al color los ricachones del Pedregal y de Las Lomas, era el rey de la pantalla 18” un señor bajito, morenito y algo cachetón, la antítesis de lo que es ahora un conductor de televisión.
Este caballero de vida disipada y bohemia tenía un programa entre varios, que se llamaba “Visitando a las estrellas”. Si amigos (as) él era Francisco rubiales “Paco Malgesto”.
En esos años aparecer en el escaparate electrónico, si no te daba dinero seguro te ponía en el camino de ganarlo, añadida la fama, y si era con Malgesto y te descubría alguna aptitud seguro triunfabas.
Total, que en uno de esos programas de Paco Malgesto en Telesistema Mexicano, Canal 2, conocí a la futura estrella internacional que según me informa Lupita Carrillo, falleció el pasado domingo 28 de agosto.
Lo que es la vida yo fui internado al anterior sábado 20 ya más muerto que vivo, y mi animadora en complicidad y con el taxista que nos condujo al hospital y bajo la amenaza que si me moría tocarían varias veces “Amor eterno” -juré sobreviviría.-
Hoy 31 de agosto, siendo las 22:00 horas pergeño este modesto homenaje al joven que entrevistó Malgesto por primera vez en un programa de tv, al veinteañero que nos hizo casi llorar al escuchar el drama que era su vida, hasta ese día, sobre todo la franca expresión de:
–Pero eso no es todo don Paco- Al término del relato de cada triste aventura.
No dudo, que desde que se presentó ante San Pedro, todas las estrellas de la galaxia televisiva de su juventud están haciendo fila para entrevistarlo: Ahí veo a Jacobo Zablodowsky, Pedro Ferríz Santa Cruz, Daniel Pérez Alcaráz y su compadre Madaleno, León Michel, Naftali López Páez, Ignacio Martínez Carpinteiro, Eduardo Charpanel, etc., etc. y el Divo felíz junto a su madrina Lola Beltrán y una de sus grandes intérpretes Rocío Dúrcal y desde acá abajo Lucha Villa les sonríe complacida.
Todo esto lo disfruto Alberto Aguilera Valadez, de Parácuaro Michoacán y avecindado en el Mundo entero, porque ahora que falleció pobres y ricos, poderosos y humillados, ocultos y encumbrados, manifestaron su pesar.
Con la muerte de este personaje sencillo, tratable y agradable viene a mi memoria una canción de su autoría llamada “El México que se nos fue”
El México que se nos fue
Alberto Aguilera Valadez
(Juan Gabriel)
Cómo ha cambiado mi pueblo
mi pueblo ya no es el mismo,
de aquél pueblo tan hermoso
al de hoy, hay un abismo.
Ya no hay mujer con Rebozo
ya no hay hombres campesinos
ya el cántaro no va al pozo
lo rompió el industrialismo.
Ya se contaminó el agua
de las acequias y ríos,
ya se secó un ojo de agua
ya cerraron el molino.
Ya la mujer no usa enagua
ni el hombre calzón de indio
ya la mujer no usa el habla
ni el hombre su civismo.
Ya las casitas de adobe
están desapareciendo,
hoy las construyen de bloque
feas, las están haciendo.
La plata y el oro del pobre
caros se han ido poniendo
ya no hay monedas de cobre
de niquel, hoy vienen siendo.
Ya no oigo tocar la banda
de los Suarez y sus hijos,
qué triste se ve la plaza
los sábados y los domingos,
ya hay otra clase de bandas
ya no hay quiosco ni estanquillos.
Ya la gente del campo se ha ido
a emprender una nueva aventura
a los campos de Estados Unidos
con tristeza y quizás amargura,
de saber que en su pueblo han perdido
el ingenio el molino y cordura.
Pocos vuelven de allá y yo he venido
y lo encuentro cambiado y no hay duda,
que ya no es aquél pueblo chiquito
que inspiraba añoranza y ternura,
que ya no es aquél pueblo bonito
el comercio le trajo basura.
Aquél tiempo se hablaba de Ranchos
de la milpa y la tabla de arroz,
de la música el baile y el canto
del padre de la madre y de Dios,
de la siembra y cosecha del campo
de la casa , el lugar y el amor.
Ahora hablan de que hay terrorismo
del peso y su devaluación
ahora hablan con tal pesimismo
de que viene otra revolución,
ahora en vez de mirarse a ellos mismos
…Ahora miran la televisión.
Sé que seguiré algún día, el camino que Juanga ya recorrió, sigo hospitalizado pero tengo fe en Dios que me permitirá otro poquito, de no ser así, venga la eterna dicha y a disfrutarla.
Juan Gabriel llenó tres veces la monumental Plaza de toros México, hasta la azotea, El Auditorio Nacional y Bellas Artes. Recientemente el pisal Byron Gálves del Parque Ben Gurrón, en Pachuca Hidalgo (cuya superficie es de 80 mts x 400 mts, más banquetas y estacionamientos). Juanga se presentó en todos los estados de la República, en sus fotos con mayor capacidad. En todo EEUU, Centro y Sudamérica y varios países más que se me escapan.
La generación del blanco y negro, los que éramos nuestro propio control remoto, las chicas ye ye y los copetones te decimos hasta luego, allá te alcanzaremos.
Nota del Editor. Hablando de grandes canciones de Juan Gabriel, nuestro sitio Hermano SuperLuchas.com, presentan un interesante reportaje sobre la canción «Amor Eterno«, cuyo manuscrito está en posesión del referí Baby Richard.