A donde preguntes encontrarás a alguien que te diga: “El Vive Latino ya no es lo que era antes…” Y la verdad es que no, el Vive fue, es y seguirá siendo uno de los negocios más rentables para su organizador, Ocesa, quien en su afán de renovarlo y mantenerlo girando ha hecho un festival duradero, el cual también ha servido y sirve de fuente de empleo para más de un millar de personas que, de manera directa o indirecta, perciben ingresos ya sea prestando servicios o vendiendo productos, y que sirve de catapulta para algunos grupos, de vitrina para otros tantos y de verdadera tribuna para las bandas que de verdad tienen algo que decir, aunque muchas ya no necesariamente son latinas, sin embargo el Festival logró, como cada año, una concurrida asistencia que tuvo que soportar los altos precios que el principal patrocinador, la cervecera Cuauhtémoc-Moctezuma, impuso a sus néctares líquidos de malta y cebada, así como el desfile de varias ñoñezes también ya acostumbradas para este evento, pero hablemos de lo que realmente valió la pena, y lo que le da sentido al Vive Latino, que es la música y sus buenos exponentes:

El viernes tuvo su punto máximo con la presentación esperada por mucho tiempo de Robert Plant, quien no pisaba un escenario mexicano desde 1995, en ese entonces al lado del tremendo Jimmy Page en su tour No Quarter. Esta ocasión se acompañó de su propia banda e hizo delirar a más de alguno con su voz y los viejos, pero eternos éxitos de Led Zepellin: Babe, I’m gonna live you; Black Dog; Rock n’ roll; y varias más, sin sonar al clásico metal del dirigible y con un sonido más entre el blues y la buena onda setentera, Robert nos dejó en claro que su voz sobrepasa la edad y las generaciones, y que su lugar forjado por una escalera al cielo nunca podrá ser ocupado por otra voz que envuelve en matices pasionales el amor, el desamor y la energía que el rock, y sólo el rock, pueden transmitir.
RECIBES PROPINAS DE CARLOS SALINAS
Molotov tomó su lugar el domingo, haciendo gala de su clásico desmadre y acompañado en “Changüich” de las conejitas de Playboy con las que comparten portada de esa revista, sin embargo, la banda también tomó su rol contestatario al entonar: Que no te haga bobo Jacobo, dedicada exprofeso al inminente despido de Carmen Aristegui, y Hit me, que fue apoyado en las pantallas gigantes por imágenes de represión a la que ha sido sometido el movimiento en pro de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
LOS AMIGOS DEL BARRIO PUEDEN DESAPARECER… PERO LOS DINOSAURIOS VAN A DESAPARECER.

La Lupita fue la primer banda que estrenó el máximo escenario en el primer Vive Latino hace 16 años, y de esa versión de La Lupe sólo quedan ya sus dos ejes fundamentales, el guitarrista Lino Nava y la voz de Héctor Quijada, aunque las ausencias se sienten, la verdad es que ya entrados en su presentación ni quien se acuerde. Quijada es de los pocos frontman con presencia escénica y una voz que llenan cualquier auditorio, su aparición en el Vive comenzó con la clásica Ja Ja Ja y seguida por un set con canciones de sus primeros álbumes como Me cae y siguiendo con lo más nuevo como Te odio y Maldito Amor. La sesión no podía estar completa sin La Paquita Disco y Contrabando y Traición. Mención aparte merece la inclusión de El funeral de un Payaso, dedicada a todos nuestros expresidentes y, tras agradecer a todos, Héctor dijo: “La Lupita no te va a venir con un choro mareador, pero te dejamos está rolita para que la pienses.” y acto seguido, acompañado sólo del tecladista entonó el clásico setentero de Charly Garcia, Los dinosaurios, en clara alusión a todos los desaparecidos de este país guiado por un gobierno corrupto, como el que sufrió Argentina en la dictadura militar y que inspiró a Charly la letra de la canción.
25 AÑOS DE SERLE FIEL A TU PIEL.

La banda que más revuelo causó el sábado fue Cuca, quien para festejar su tour de 25 aniversario presentaron en el Vive una selección de su amplio repertorio lograda con seis discos de estudio, el último, por cierto estrenado para este evento y el cual se pudo conseguir en el puesto de su nueva disquera (Fonarte) al irrisorio precio de 125 pesitos. José Fors es, posiblemente, la mejor voz masculina que tiene el rock hecho en México y la compañía de sus eternos aliados Nacho “el Implacable” González en la bataca, Carlos Aviles –sin sus extraños-, además de la adición del experimentado Alejandro Otaola, quien por momentos hace que uno olvide la salida del tremendo guitarrista –y de sobra querido por los qkfans- Galileo Ochoa, en el bajo hicieron retemblar el Foro Tecate Titanium con sus éxitos conocidos como Matame antes, El Son del dolor, Cara de pizza, La Balada (“somos una banda que toca rock, pero también tocamos esta pinche Balada”) y otras tantas, además de la inclusión de cuatro temas de su nueva producción, destacando dos: Caca Pop, donde acompañaron a la banda las integrantes de Descartes a Kant y Elis Paprika, quienes manifestaron su repudio en esa canción a las cantantes productos del marketing y que después terminan de primeras damas; En el nombre del rocanrol, fue el otro tema que sirvió a la banda para pedir el apoyo de Alfonso André y juntos mandarle un cordial y afectuoso saludo al Presidente de este país: “Eres corrupto, inepto, vas a caer. Es hora de renunciar, ya deja de joder a tu gente, a esta nación, mereces ser colgado por tu vil traición.”
El sábado también se vistió de gala por la visita de la banda más representativa del rock mexicano en los ochentas, Caifanes, los cuales, como es su costumbre también se mostraron sensibles al sentir de esta nación, en especial su líder, Saúl Hernández, quien pidió el apoyo de todos los asistentes para guardar 43 segundos de silencio total en protesta por el caso sin resolver de Ayotzinapa que tanta pus y rabia han generado.
POLVO SOMOS, LO SABEMOS, Y EN PÓLVORA NOS CONVERTIREMOS.

Pero no sólo los mexicanos dieron la cara por lo que pasa en este país, fue quizá, Nacho Vegas el más sensible a las protestas contra el terrorismo de facto que tiene a nuestro país, por las experiencias que ha vivido este catalán, quien con todo el orgullo y el semblante invitó a varios estudiantes a compartir el escenario con él, acompañados de cartulinas con leyendas inflamatorias con la que la mayoría nos identificamos, Nacho pidió el apoyo de los jóvenes para hacer los coros de varias de sus canciones como Polvorado, la cual recuerda a los fantasmas esparcidos por los malos gobiernos a lo largo y ancho del mundo. Claro que también cantó sus temas más coreados como Dry Martini SA: “Y me pregunto: esto será lo más profundo que te voy a conocer jamás (nacho, has vuelto a hacerlo mal), qué mal (lo hiciste mal) Era un juego y ahora es real.”
La Carpa Intolerante se mostró contraria a su nombre y albergó buenas pinceladas de música, aunque no todas se pueden considerar buenas, resaltó la presencia el viernes de Iraida Noriega y su groovy band, quien con su buen funkie mostró que el rock se trata muchas veces más de actitud que un tipo de sonido característico. Noriega no sólo está en su mejor etapa vocal, sino que ha logrado fusionar en sus presentaciones sonidos disfuncionales en apariencia, pero que al tomar la secuencia debida se matizan y se adhieren a la tersa voz.
EL CHELO Y LA LIRA UNIDOS POR UN DESTINO EN COMÚN: HEAVY METAL.
El sábado cerraron en el Tecate Titanium dos bandas extranjeras que con diferentes estratagemas han logrado llegar a la cumbre de rock en el mundo: Apocalyptica y Mastodon. Es difícil hablar que actuación fue mejor que la otra, pues ambas bandas se entregaron con todo. Quizá Apocalypotica tuvo mejor acogimiento por la bien famosa y celebre banda, pues su presentación ocurrió en el momento de máxima audiencia, pues tras bajar del escenario varios se dieron cuenta de que la hora de alcanzar metro se iba desvaneciendo y emprendieron la salida. Sin embargo los que nos quedamos a ver a Mastodon lo gozamos con la energía del metal y la voz de Eric Saner.
Valga la pena también hablar de otras bandas que con su sola presencia hicieron del Vive Latino 2015 un evento memorable: Garbage, que con la belleza de Shirley Manson y el talento de Butch Big y Duke Ericson mostraron que su música es permanente. Interpuesto, la populosa banda de metal mexiquense mostró que no se espantan ante un escenario majestuoso y que están hechos para eso y más, generaron un ambiente por demás emotivo con sus rolas que en ocasiones pueden caer en la cursilería metalera hasta las sublimes como Diabólica, la cual generó uno de los slams más grandes de un Vive en una banda telonera. A Band of Bitches, los regios de look sado mostraron al público del centro del país que no son sólo una banda de un hit, sino que pueden dar mucho, pues el talento y la buena música recubre su imagen. La Revolución de Emiliano Zapata, los sobrevivientes de Avandaro, se mostraron como siempre a la altura del evento y con sus rolas prendieron a todos, no sólo el Nasty Sex fue motivo de aplausos, sino hasta la balada Mi forma de sentir tuvo cabida en el tracklist de esta bandota que sólo tuvo poco más de media hora en el escenario. San Pascualito Rey, para ser sinceros el grupo hace honor a la clásica definición del maestro Hugo Garcia Michel sobre el rockcito hecho en México, sin embargo la gente le responde de manera soberbia y digna de mencionar, uno se emociona más por cómo reacciona los presentes a sus canciones y el filing con el que las cantan, que por la actuación de los “músicos”, caso aparte merece en esta banda Alejandro Otaola, quien salva con su guitarra las melodías ñoñas del grupo.
Al final del domingo sólo los recuerdos quedan, algunos perdurarán, otros se hundirán en el océano de la memoria. Sin embargo es obvio algo, aunque el Vive Latino siga siendo lo que fue en un principio, un gran negocio, el Vive, vive y vivirá por muchos años más.