En el año de 1988, la visión del anime cambió radicalmente, cuando el maestro Katsushiro Otomo presentaría por primera vez su obra Akira. Este largometraje cambió radicalmente la visión que se tenía sobre la animación, pues si bien no era la primera que abordaba temáticas adultas, fue la que marcó con claridad el puente entre este medio y los temas maduros. No será nada exagerado decir que mucho de los que vemos actualmente de calidad en el anime es gracias a él.