POR: EDUARDO ARREDONDO B.
Hablar del paralelismo entre la música y los comics es un tema tan apasionante como extenso, pues estos medios de expresión a primera vista no tienen nada que ver, pero todo cambia al notar que su relación es tan larga como benéfica. Hay comics donde los protagonistas son algún grupo musical(como son Kiss y The Beatles), comics biográficos (principalmente sobre estrellas del rock), o tramas como pollo con ciruelas de Marje Satrapi y Harlem Blues de Guido Crepax, donde la música es parte fundamental de la historia. Por otro lado hay personajes tan populares de viñetas que son el tema central de una gran cantidad de canciones, como superman y que decir de la estética comiquera que asumen el rock o el pop en vestuarios (Luz Casal por ejemplo), nombres de bandas (Kirby Krackle) y portadas de discos.
Lo que nos atañe ahora es precisamente el arte de las portadas de esos viejos vinilos y algunos CD con estética de comic. Nunca he sido un melómano, pero como cualquier persona disfruto de la música (por lo menos la que yo considero como tal) y de la experiencia sensorial que brinda una portada.
La cubierta de un álbum es un juego de seducción, que dispara nuestra conexión con la música, ya sea por sus colores, textura o por sus grandes ideas, este soporte hace que valga la pena ser poseedor de un disco y en algunos casos lo vuelve un fetiche cada vez más apreciado por los coleccionistas y devotos de música en general.
DOS DE LA MISMA ESPECIE
La semejanza entre estas dos disciplinas tiene su nacimiento casi al mismo tiempo en el mismo país, pero en distinto entorno, por un lado el jazz que se considera el cimiento de la música folclórica, nace en Nueva Orleans y la historieta tal como la conocemos hoy germina en los diarios neoyorquinos, comenzando de esta manera una histórica complicidad.
En la primera mitad del siglo XX podemos ver que las cubiertas de discos sólo eran un frágil papel de estraza, hasta que un joven director de arte de Columbia Records llamado Alex Steinweiss, decidió que era necesario modificar esta presentación por una más impactante y vanguardista, expandiendo los límites visuales de la música. De esta manera se da un acercamiento tibio en las portadas de los vinilos con los más afamados héroes y personajes de los diarios de la época, como Tintín, Bicot, Popeye o Superman por citar algunos casos. Los primeros intentos hacían alusión a una canción o estribillo relacionado a estos personajes, que se acompañaban con una sencilla funda o discos de cartón impreso con un arte poco original (muchas veces era lo visto en algún diario). Es hasta que llegan los 50 y sobre todo con la aparición del St. Pepper´s de los Beatles en los 70, que se estrecha esta relación, pues las portadas ofrecían toda una gama de oportunidades a los creadores, ilustradores y fotógrafos.
EL PORTADOR DE SUEÑOS
La evolución de la música en diferentes vertientes como el pop, el rock o el beat aunado a una revolución en el ámbito gráfico de las portadas de los discos, hacen que la unión comic-vinil congenien y vayan surgiendo trabajos realmente notables e inolvidables, como la portada de Robert Crumb para Janis Joplin de su álbum Big Brother & The Holding Company o las numerosas portadas que creo Frazetta para grupos de rock, como ese mítico jinete para Molly Hatchet y qué decir del admirable Jean Giraud, alias Moebius que entre otras portadas hizo una para Jimi Hendrix. Es así que empieza a hacerse evidente que más artistas utilizan la estética del noveno arte para llamar la atención del público, (sobre todo del juvenil), siempre adaptándose a las tendencias visuales de su época.
Esta simbiosis llega al grado que bandas o cantantes solicitan una ilustración al artista de comics de su preferencia o son los mismos dibujantes los que se ponen a las órdenes de su agrupación favorita para realizar una portada, pues la mayoría de ellos se mueven en los mismos círculos sociales, otorgando un plus en la compra de ese álbum que llevaras para escuchar en la intimidad de tu hogar. Es así que dibujantes como Ever Meulen o Ted Benoit que con la herencia de Hergé expresan su pasión por la música con divertidas ilustraciones de línea clara o una cubierta donde el diseño tiene influencia superheroica realizada por Simon Bisley, Dave Gibbons, Carmine Infantino, Jaime Hernández, Charles Burns, Greg Capullo o Todd McFarlane por citar algunos ejemplos. En nuestro país hemos podido ser testigos de esta relación entre músicos y dibujantes desde hace décadas, pues hay portadas de discos que van de Chava Flores a Oscar Chávez o grupos alguna vez underground como Botellita de Jerez e Inspector, son algunos de los numerosos ejemplos que hay en la discografía nacional.
Esta unión ha dando paso a incontables anécdotas, como que John Byrne nunca se enteró de que habían utilizado su dibujo de Silver Surfer, para el álbum Surfing With the Alien de Joe Satriani hasta que el disco salió a la venta. Imagino que la compañía habrá hecho el trato directamente con la gente de Marvel Comics y a Byrne lo ignoraron o Andrés Calamaro y su tatuaje de Gilbert Shelton gritando su amor a los comics.
Un caso aparte son los artistas de comic que han incursionado en la música, como el ya citado Crumb, Dodo, o Frank Margerin dibujantes de Metal Hurlant y que contaban con una banda. En el otro lado de la moneda podemos ver a los músicos que han adornado las fundas de sus discos con dispares resultados como Charlie Benante baterista del grupo Anthrax que realizo la portada del álbum I´m the law en homenaje a Judge Dredd, los Fuzztones cuyo líder usaba una estética muy EC comics o By numbers de los Who hecho por su bajista John Entwistle, otros como Lennon, Dylan o Sole Giménez que no han sido muy afortunados. No hay que olvidar a gente que enriquecen el tema como Alan Moore quien escribió un interesante artículo en 1983 sobre la influencia de la música en las viñetas.
Otros ejemplos son Heinz Edelmann ilustrador del disco Yellow Submarine, quien diseño la primera portada de la versión alemana de El Señor de los Anillos, hace un par de años Cliff Chiang dibujante de DC, Dark Horse y Vertigo, realizó una serie de ilustraciones donde se aprecian a varios personajes famosos del mundo de las viñetas re interpretando el arte de las funda de afamados discos de los 80 y que decir de la portada del disco A Saucerful of Secrets de Pink Floyd que muestra un collage de fotografías e ilustraciones, donde sobresale claramente la página número 6 de Strange Tales #158 donde el Dr. Strange se enfrenta con el Tribunal Viviente.
IMÁGENES EN EXTINCIÓN
Queda claro que gracias a que muchos de nosotros preferimos adquirir un CD pirata con una portada horrorosa o la descarga de una canción en formato MP3 con el pretexto de que es la única que me gusta, hemos perdido la oportunidad de tener esta experiencia visual de sumergirnos en los múltiples lienzos de los vinilos y uno que otro booklet de CD. Afortunadamente los discos de vinil están volviendo a tener auge entre las nuevas generaciones (hace unos meses en Comics Rock Show hubo una convención de coleccionistas de vinilos muy interesante).
Como imaginaras querido lector hay tantos ejemplos de esta unión como polvo hay debajo de una cama, lo que se busca con este tema es darte mínimas referencias, para que te sumerjas en el mundo de la fusión de los comics y la música.