
Seguramente todos recordamos como, hace exactamente un año, la muerte de Carlos Fuentes generó toda una fiebre entre las redes sociales, en donde las imágenes del escritor, y las citas del mismo se volvieron una constante. Lo cierto es que, comparando la cantidad de lectores que realmente tenía el escritor, contra toda la gente que reaccionó en las comunidades electrónicas, la diferencia es realmente notable.
Una de las cuestiones que realmente definen a estos nuevos medios, es que se basan en un cierto prestigio que se gana en base al ingenio, la opinión y la profundidad de las posturas. Si bien eso es más notorio en twitter, lo vemos en forma menor, pero igualmente importante, en Facebook. La muerte de una persona importante es casi una prueba para muchos internautas, que son evaluados – o sienten que lo son – por todas las personas que están alrededor de ellos, y se sienten con el deber de expresar algo, por más que el tema no sea ni siquiera de su interés. La ventaja es que la misma computadora, que genera el problema, da la solución. Muchos de los que se sintieron conmovidos por la muerte del escritor, supieron del mismo gracias a Wikipedia.
¿Qué tanto eres parte de los intelectuales de red social? Eso sólo tú lo puedes evaluar, pero si lo deseas, puedes twittearlo, o ponerlo en tu muro.