Por Norma Lorena Cortés
The First Purge. USA 2018
- Gerard MacMurray
- Reparto: Lex Scott Davis, Y´lan Noel, Joivan Wade, Mugga, Patch Darragh, Marisa Tomei.
Una de las franquicias más exitosas de los últimos años, lanza esta precuela antes de expandirse hacia el exitoso y demandado mercado de las series por televisión. En entrevista, el creador del concepto, James DeMonaco, -que esta ocasión no dirige pero sí escribe el guion- asegura que era necesario contar el origen antes de presentar la historia en formato de serie. Esta entrega nos muestra lo que sucede en la primera Purga, concebida en un inicio como un experimento social focalizado y en un área restringida.
Esta precuela en realidad, nos confirma algunas de las cosas que ya habíamos identificado desde la primera película. La Purga plantea desde su inicio un interesante dilema ético, más que jurídico o social. ¿Es el ser humano violento por naturaleza? Si es así, eso quiere decir que el contrato social es lo que lo hace reprimir su naturaleza salvaje para lograr el bien común. Eso no lo digo yo. Forma parte de reflexiones antiguas sobre la naturaleza de lo social en la historia de la humanidad.
Desde la primera entrega de la Purga, este planteamiento se ponía en el centro cuando por una noche al año, las personas podrían olvidarse del derecho y los derechos, el bienestar común y las normas establecidas y una vez liberados de estas normas convencionales, cometer cualquier acción incluyendo el asesinato, sin ninguna consecuencia.
En este distópico ambiente, el asunto no era tan sencillo como que se trata de gozar de 12 horas de libertades. A lo largo de las tres entregas anteriores, conflictos políticos, raciales y de clase, otorgaban a esta medida tintes que van de lo trágico a lo aterrador y en realidad, de ahí su éxito. En sociedades injustas, desiguales, corruptas y autoritarias, el anhelo de hacerse justicia por propia mano parece una salida muy atractiva y hasta liberadora.
Esta primera Purga intenta contar como fue la primera vez que se llevó a cabo todo lo que ya hemos visto. Y digo intenta, porque ofrece muy pocos datos de contexto. Lo que sí sabemos es que el experimento social se llevó a cabo por primera vez en una isla habitada principalmente por población negra, latina, donde hay muy alta delincuencia y para acabar el cuadro, pobreza.
Ni que decir del estereotipo que liga a las comunidades pobres, discriminadas y desprotegidas con la violencia, como origen del famoso experimento. Si bien la gente pudo irse de sus casas durante esa noche, muchas personas se quedaron a cambio de un pago. Y lo que empieza como un experimento para comprender la violencia, termina en un ajuste de cuentas sangriento y brutal en una pequeña comunidad.
No hay mucho que contar o spoilear de la cinta. La mecánica se conoce y en realidad la cinta se trata de eso. Personas tratando de sobrevivir. Es así que la película no explica mucho, por lo que el planteamiento original es más bien simplista: hay que idear métodos para que las y los pobres terminen destruyéndose a sí mismos.
Muy lejos de la primera sorpresa original, esta entrega sigue fiel a lo conocido y en realidad ofrece muy poca novedad o revelación. Conserva no obstante, el ritmo que te hace estar al filo del asiento y esperar expectante a saber quién o quienes sobreviven después de 12 horas de una noche de pesadilla.