La sociedad de la nieve. España, USA (2023).
Dir. J.A. Bayona
Reparto: Enzo Vogrincic Roldán, Simón Hempe, Matías Recalt, Andy Pruss, Tomas Wolf, Diego Vegezzi, Fernando Contigiani, Esteban Kukuriczka, Valentino Alonso, Francisco Ramos, Blas Polidori.
El accidente de un avión de la fuerza área uruguaya en la Cordillera de los Andes, que transportaba 45 personas – entre los cuales también se encontraba a un joven equipo de rugby- es quizás una de las tragedias áreas más conocidas en el mundo.
De esas 45 personas que viajaban el avión, 29 fallecieron y 16 lograron ser rescatadas. Era el año de 1972. La historia que contaron a su llegada impactó al mundo. La suya es una de las más sorprendentes historias que muestran que salir con vida de una situación extrema, no sólo es un asunto de estrategia y de no caer en la desesperanza, también implica superar serios conflictos éticos que quizás en otras circunstancias, nunca nos hubiésemos planteado.
Dicho de otro modo, sobrevivir en la montaña implicó llevar la idea de la vida y la muerte hasta el extremo, planteando la inquietante pregunta que muchas personas nos hemos hecho alguna vez: ¿qué estarías dispuesta/o a hacer para sobrevivir? y que en esta ocasión fue respondida de forma muy poco común.
Pero es verdad que todo esto ya lo sabíamos. La experiencia ha llevado a los sobrevivientes de la tragedia a contar su experiencia por todo el mundo, se han escrito libros, se han filmado documentales y dos películas. Quizás pareciera que no había ya nada más que contar al respecto.
Y, sin embargo, lo hubo. J.A Bayona, que ya nos había mostrado su enorme capacidad de narrar historias complejas en cintas como Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016) o el Orfanato (2006); asume el reto de volver a contar el relato pensando que esta vez, más allá del morbo de que los sobrevivientes hayan comido carne humana, existen personas que nunca se rindieron y que lograron superar la terrible adversidad.
Bayona construye una impactante cinta con todos los elementos que se esperan de una historia de supervivencia, pero respetuosa de las personas, de sus temores y angustias, mismas que logra que traspasen la pantalla y dejen sin palabras al público espectador.
Decisiones acertadas, como darle la voz a uno de los que no logran sobrevivir y recrear con inquietante fidelidad los sucesos, hacen de la cinta una experiencia inmersiva y muy bien lograda.
Es de estas películas que enfrenta la enorme dificultad de contar algo que ya sabemos en qué acaba, pero logra emocionarnos en el trayecto, aterrorizándonos de la circunstancia, maravillándonos de la fotografía y sobre todo, agradeciendo que dentro de todo, haya espacio para la esperanza.