Por años los lectores de Marvel hemos sido testigos de la impresión y reimpresión de muchas de las historias de sus héroes aquí en nuestro país, muchas de ellas debido a que a diferencia de DC cuyas licencias han sido manejadas por sólo dos compañías editoriales: Editorial Novaro y Grupo Editorial Vid, sin contar el Halcón Negro de La Prensa que merece mención aparte; Marvel ha cambiado de impresor y distribuidor en México por lo menos unas ocho veces.
Primero fue la Prensa, Novaro tuvo poco tiempo los derechos de algunos personajes como Man-thing y Hulk, agregándose Conan, que a veces pertenecía al universo Marvel, luego vendría O.E.P.I.S.A o Macc Editorial, la que menos tiempo imprimió cómics de la Marvel; Novedades que ha sido la que más ha durado en el negocio (13 años, de 1980 a 1993) y con la que crecimos muchos de los actuales lectores de cómics, luego entraría editorial Vid en una primera etapa de cerca de seis meses, para dar paso la misma Marvel se hiciera cargo de su distribución vía Intermex, y con Remy Bastian como Editor en Jefe que ya había estado al frente de los títulos para Novedades Editores, durante año y medio se dio esta etapa de Marvel México, para después darle a editorial Vid un nuevo ciclo el cual duraría 10 años, para que desde hace un par de años Marvel se aliara con Editorial Televisa, en la etapa que actualmente estamos viviendo.
Pero retomemos esta etapa de la tierra Prima Méxicana, previa al Boom del Cómic, a las tiendas especializadas y al Internet. Por años hemos visto desfilar por las páginas de la Marvel mexicana un sin número de personajes con nombres muy “chistosos”, ejemplos: Arenita, es decir el Arenero o sea Sandman, El Alfiler es decir El Rey o mejor dicho Kingpin, Toque en los setenta, o Impacto en los ochenta, no es otro que Shocker, y así agregaríamos un largo etcetera.
No todas las traducciones han resultado tan malas, por el contrario aquí hemos tenido algunas mucho mejores que en España, por ejemplo, Wolverine en los cómics de Novedades era conocido como Glotón, que es la real traducción literaria para el espécimen, mientras que en España ha recibido el nombre de Lobezno, pero lo que si resulta ridículo es el nombre que le dieron en la serie de dibujos animados de los noventa: Guepardo. Rrecordemos que uno de sus compañeros es Gambito, ¿no era más fácil que le dijeran tramposo? o bien que le dejaran su nombre original, ya saben la regla de la Real Academia de la Lengua Española: los nombres extranjeros se pueden quedar como se escriben en su país de origen y pronunciarse como se escriben.
Esto es interminable, con mesura iremos analizando cada una de estas partes en futuras colaboraciones, por ejemplo las de la prensa en los 70 donde se hicieron historias que ni en Estados Unidos se publicaron.