Las hijas de Eva del dramaturgo argentino Santiago Serrano, es un espectáculo de teatro que cuestiona las etiquetas de la sociedad sobre cómo debe o no ser una mujer. La historia nos muestra cómo un grupo de actrices se amotinan contra su directora y la asistente después de ser tratadas como objetos durante el montaje de una obra de teatro, misma que habla sobre cómo debe ser la mujer perfecta en nuestro tiempo.
Eva la primera mujer tiene mucho para decir de su vida con Adán, su romance con la serpiente, el sabor de aquella primer manzana para la humanidad. Su destierro de ahí en más, el pecado carnal se apodera de ella; las Hijas de Eva ven la luz y ahora quieren dar su versión de los acontecimientos vividos. Que mejor que ellas, para hablar sobre todo lo que nos rodea. Que mejor que nuestra tatarabuela elevada a la enésima potencia, para contarnos como sucedieron las cosas y por qué no, develar algunas mentiras que el tiempo se ocupó de ocultar.
Cinco mujeres: tres actrices, una asistente de dirección y una directora de escena nos guían por un recorrido para preguntarnos por el difícil papel de ser mujer en el mundo actual, un continuo diálogo con los roles femeninos paradigmáticos, para intentar entendernos hoy en día, este recorrido nos lleva a escuchar las voces de Eva, de Isolda, de la mujer conquistadora y las contradicciones que existen en cada una de ellas, de los verdaderos anhelos femeninos o por qué no decirlo humanos, ¿qué es lo que realmente queremos como mujeres?
Un intento por diferenciar qué de lo que la sociedad nos promete realmente es lo que cada una de nosotros queremos y qué de aquello que parece un cliché realmente nos hace felices, pero nos da pudor aceptarlo. A través de un juego lúdico, musical, lleno de convenciones teatrales es que vamos descubriendo las disyuntivas de estos personajes.
Este montaje se caracteriza por tener varios momentos musicales, coreografías y combate escénico que acompañan el desarrollo de la historia y que no necesariamente están indicados en el texto original. La precisión y la ejecución de éstos convierten a Las hijas de Eva en una comedia que, además de divertir, pretende realizar una conciencia sobre el deber ser y conseguir un cambio en la percepción de la mujer en el público.