Como todo en el mundo, es curioso como se pueden dar tal diversidad de cosas alrededor de lo mismo y que son tan diferentes.
Esto es, que mientras en la Casa de Cultura Héroes de Tecamac se llevaba a cabo un evento como los que se realizaron hace ya 15 años, en los que se reunian personas a compartir un gusto en común, que es el contar historias por medio de viñetas (monitos, como les decían), por el simple gusto de estar ahí, con las gentes que estan detrás de la tinta y el papel, por amor a un personaje o colección, por el simple hecho de conocer y convivir con personalidades del medio, que no están nada infladas en soberbia; aunque fueran pocos los asistentes, no importando que en las pláticas hubiera cinco u ocho personas, el entusiasmo es el mismo.
Como en aquellos días que el coleccionar un comic era hobbie y no negocio, de esa forma se realizó éste evento en el Estado de México.
Por el otro lado, tenemos que al mismo tiempo se llevó a cabo, como es costumbre, con mucha parafernalia, bombo y platillo, la 14 edición de la TNT, en donde encontramos un mar de asistentes, fans y compradores, que aunque TNT ya es más un evento de Cosplay y juegos de cartas que de comics, el origen es el mismo.
Aquí es donde podemos ver las dos caras de la moneda (no es que sea una mejor que la otra), habra quén diga que no hay punto de comparación, ya que el primero fue un evento pequeño, modesto y quizás pobre en forma, pero en fondo fue muy rico, ya que estuvieron desde leyendas hasta jovenes artistas y futuras promesas de la historieta, a la que asistieron personas que gustan del medio y que aman las viñetas.
En el segundo también hubo presencia de la historieta, de editoriales nacionales y productos mexicanos, además de que hubo música, disfraces y gente de todas partes del mundo (Japón, Chile, USA, etc.), mucha fiesta y diversión, pero sin mucho fondo.
Podemos pensar que finalmente el círculo se esta cerrando, pues estamos volviendo a los origenes, las grandes ferias de comics ya han dado lo que podían (de hecho ya solo son las sombras de los eventos que marcaron un hito en nuestros país, no es que sean malas, pero viendolas desde el punto de vista concreto, ahora son algo mediocres, repetitivas y con mucha piratería y productos que no van con el evento), esto es, que quede claro, comparandolas con la época de oro de nuestras ferias de comics (1994-1999), en las que realmente se daba al fan un producto de calidad (digo, sigue siendo negocio y a la gente le sigue gustando, si no, ya no existirían).
Esperemos que los eventos chiquitos pero substanciales, se sigan creando, para abrir espacios y retomar el camino, quizás en poco tiempo tengamos una nueva época dorada, en donde los actuales eventos gigantes, o se transformen con el cambio o desaparezcan.
Por lo pronto solo nos queda recordarles que leer un comic diario, mantiene una imaginación sana.