Por Norma Lorena Loeza
El pasado 18 de abril se presentó en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico, el libro Qué tanto es tantito. Atlas de la Corrupción en México 2000-2018, de Carolina Rocha Menocal y Miguel Pulido Jiménez editado por Penguin Random House. Los comentarios sobre este interesante trabajo corrieron a cargo de Diego Enrique Osorno y Gabriela Warkentin.
Lo primero que llama la atención sobre el libro en cuestión, es que se trata de una obra indispensable para nuestros tiempos. Tiene la enorme virtud de ocuparse de un asunto oscuro, indignante y doloroso, a partir de la ridiculización, el humor negro y el estilismo sarcástico. No creo – sinceramente- que pudiera ser de otro modo. Somos un país que no acostumbra la sanción social de los actos de corrupción, por lo que este es un excelente modo de decir como ciudadanía y opinión pública, que sí vemos a la clase política, que sí la oímos y sobre todo, que la estamos vigilando.
Hay que decir que a pesar de tratarse de un asunto tan serio – trágico incluso- el ambiente de la presentación fue todo menos solemne o acartonado. Autores y comentaristas destacaron el valor de un trabajo tan fresco que encierra la denuncia de uno de los males más graves de la administración pública. Para Diego Enrique Osorno, el trabajo también recupera el trabajo periodístico de muchos otros colegas, que no siempre fueron reconocidos por esta labor. Lo recomienda también porque no sólo están los casos más conocidos – como los “Bejaranos” y los “Moreiras”- sino otros que no fueron tan ampliamente difundidos y que son igualmente graves, por tratarse de estados y municipios que prácticamente están en la quiebra.
Por su parte Gabriela Warkentin, también felicitó este esfuerzo, dijo esperar que algún día la corrupción en México dejara de ser material para un libro y pasara a ser solamente un folleto, de unas cuantas hojas.
Miguel Pulido en su turno, lo dijo muy claro “Ya estuvo bueno de tanta pinche robadera” y no podemos estar más de acuerdo. Dijo también que el libro aporta otro panorama a quien justifica la corrupción desde el punto de vista cultural, diciendo que todos/as somos corruptos cuando nos pasamos un alto, o no pagamos impuestos. Hay diferencia, dijo Pulido, entre estas faltas y las que cometen las figuras políticas, porque esas producen pobreza y desigualdad para millones de personas.
Carolina Rocha, por su parte contó parte de la experiencia personal de haber escrito un libro como éste y agradeció a todas las personas que lo apoyaron desde un inicio. Destacó las infografías que el libro contiene e invitó al público a leer las oraciones a los santos milagreros del dinero mal habido que la publicación contiene, grabarse y subirlas a las redes, lo que es de hecho, una excelente idea.
En general podemos pensar respecto de la corrupción, que si bien hay prácticas qué la naturalizan, también estamos a tiempo de generar otras que la evidencien y que la desarticulen como ejemplo asimilado de “golpe de suerte” o “buena fortuna”. Si, ya vimos que hubo a quienes Dios los puso donde hay… pero ¿no que no le daba alas a los alacranes? Mucha teoría de lo divino y de la visión popular falta también por explorar en el mal ejercicio del poder.
Ampliamente recomendado en esta coyuntura electoral – busque si aparecen los a amigos de su candidata/o favorito, ¡compártalo con sus amistades!- corran a su librería favorita o cómprenlo en línea. Hoy por hoy es una lectura indispensable, que además le va a hacer pasar un muy buen rato.