Por Frank Black
¿Te puedo hacer una pregunta?
¿Qué es lo que haces cuando quieres saber si el rumor o noticia que escuchaste sobre tu héroe favorito es cierto? Y por rumor o noticia me refiero a que si perdió la guerra, murió, le borraron la memoria o se perdió en una crisis infinita de su universo, ¿Qué haces?
Muy probablemente me estés contestes que lo primero que haces es buscarlo en alguno de los cientos de blogs o página especializadas en cómics que existen en la Internet, cosa que en la actualidad es de lo mas normal y que todos llegamos ha hacer más de una vez.
Pero hubo una época, no muy lejana en la que enterarse de esos rumores o noticias, e incluso ser coleccionista de cómics era algo un poco más difícil, y no creas que estoy hablando de mucho tiempo atrás como en los años 50´s ni mucho menos. Por el contrario la época a la que me refiero es un poco más cercana, aunque tal vez a muchos no les haya tocado vivirla.
Esa época fueron los 80´s, una década en la que las computadoras eran aun enormes armatostes del tamaño de un refrigerador, –aunque ya se estaban diseñando las primeras computadores personales- los teléfonos de casa se tenían que marcar con un disco y lo más cercano que teníamos a un teléfono celular eran los teléfonos que colocaban en algunos automóviles, sin olvidar que muchos de nosotros pasamos horas frente al televisor jugando Pac Man en nuestro Atari 2600 y posteriormente Mario Bros en el Nintendo.
En aquellos días los súper héroes más conocidos, tanto por “los cuentos” editados por Novaro, Novedades y después Vid, como por las caricaturas eran: El Hombre Araña, los Hombres X –incluyendo al infame Glotón-, El Capitán América, los Vengadores, los 4 Fantásticos, Diabólico, el Castigador y por supuesto Superman, Batman y toda la Liga de la Justicia –aunque antes los conocíamos como los Superamigos-.
En aquellos días en donde lo máximo era tener una video Beta o VHS para ver las películas del cine, “en la comodidad de nuestra casa” –o grabar tu programa de televisión favorito como Robotech– o coleccionar todos los “muñequitos” de La Guerra de las Galaxias que sacaba Lily Ledy, los futuros coleccionistas de cómics nos teníamos que conformar con lo que las editoriales pudieran traernos o quisieran publicar.
Aunque en honor a la verdad he de decir que en aquellos tiempos no nos importaba tanto. ya que la falta de información que teníamos sobre los “grandes eventos” que ocurrían cada año en las editoriales americanas no nos hacían preocupar tanto en sí conseguíamos o no la saga completa de un evento u otro, aunque a más de uno molesto que no se terminaran de publicar como se debían porque nos “quedábamos picados”.
No obstante eso, aun así logramos ver en México sagas importantes como las dos primeras Guerras Secretas, la saga del Fénix Negro, la Guerra de Pandillas, los Actos de Venganza y el Guante de Poder, siendo el universo Marvel el más conocido en parte porque en aquellos tiempos Novedades realizo uno de los mejores trabajos editoriales en cuanto a continuidad y número de títulos publicados conocidos hasta el momento.
Por su parte el Universo DC era un poco más caótico y la editorial en turno que tenía los derechos igual nos mostraba historias de Superman, Batman, la Mujer Maravilla, Flash o los Superamigos que no seguía un patrón determinado de publicación, aunque cabe decir que con el reinicio que tuvo tras las primeras Crisis en las Tierras Infinitas su continuidad mejoro muchísimo, siendo Superman y Batman los máximos representantes de dicho universo.
Con el paso de los años llegaron los 90´s y con ellos una nueva era en la que la tecnología, el libre comercio y los medios de comunicación comenzaron ha ser parte fundamental de lo que estaría por venir en los años siguientes. Siendo en 1992 el parteaguas para lo que sería conocido en México como el “Boom” de los cómics, con la ya legendaria, Muerte de Superman.
Fue entonces que todos aquellos coleccionistas de closet que se ocultaban para que la gente no se burlara de ellos porque “juntaban cuentos” comenzaron a mostrarse y a demostrar su afición por los Héroes y sus historias. Lentamente comenzaron a salir nuevos formatos de historietas que llamaron mucho la atención, tanto por el precio, como por la cantidad de comic´s que podían contener.
A la par se comenzaron a ver los primeros ejemplares “originales” de las historietas y aunque en menor cantidad se comenzaban a abrir pequeñas tiendas o puestos de periódicos en donde se podían conseguir un sin número de revistas atrasadas y nuevas, junto con toda la mercancía que les acompañaba como eran las “tarjetitas”, los juguetes coleccionables y demás cosas que apenas unos años antes era muy difícil encontrar.
Pero sin duda alguna las grandes herencias que dejaron los 90´s fueron dos; la primera estaba relacionada con la manera en la que la gente veía las historietas y a quienes los compraban, ya que ahora a los que los compraban ya no se les veía como tontos y se les empezó a conocer como coleccionistas. Esto debido a que con la llegada de las ediciones americanas muchos se dieron cuenta que lo que parecía una perdida de tiempo y dinero era en realidad algo que incluso se podía considerar como una inversión a futuro, dado el valor que podían alcanzar algunas de esas historietas, razón por la cual se les dejo de llamar “cuentos” de manera despectiva y a llamárseles cómics.
La segunda está relacionada con el ambiente que se vivía, ya que se lograron realizar convenciones de mucho nivel como la CONQUE o la MECyF que a pesar de que al final dispararon sus precios a la estratosfera, trajeron a muchas leyendas entre creadores, escritores y dibujantes de los comics, permitiendo con ello que muchos fans los pudieran conocer e incluso obtener un autógrafo de puño y letra de sus ídolos. Cosa que a más de 10 años de realizada la última no se a logrado realizar otra vez.
Sin duda alguna la primera mitad de los 90´s fue una de las mejores épocas para ser coleccionistas y fanáticos de los cómics por la increíble cantidad de material –tanto nacional como extranjero- que se podían conseguir. Eso claro, sin tener en cuenta que en los años por venir en donde el Internet y la creciente apertura del mercado internacional permitirían tener acceso a materiales e información que nos están permitiendo convertirnos en verdaderos coleccionistas, que pueden exigir, con conocimiento de causa, a las editoriales lo que quieren y no quieren comprar, formar comunidades de coleccionistas y a la par expresar lo que sienten como coleccionistas en sus blogs personales.
En honor a la verdad he de decir que extraño un poco los ingenuos 80´s, pero no me quejo de vivir en esta época, porque sí todo esto ha sido tan sólo en los primeros 20 años, ¿Qué pasara en los siguientes 20?.