Álex de la Iglesia, uno de los mejores directores europeos, ha sido nombrado por el Ministerio de Cultura de España, Premio Nacional de Cinematografía, el más alto galardón que otorga el Gobierno en este campo.
El galardón resalta “su incontestable trayectoria profesional, innovadora y transgresora que ha enriquecido el lenguaje de nuesto cine”.
Sin duda, el director español tiene más que merecido el premio.
Pero no pocos han observado con extrañeza que el gobierno español otorgue éste reconocimiento justo ahora cuando Alex de la Iglesia funge como presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
Más aún cuando el mismo fallo lo reconoce “por su papel al frente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas y su clara labor a favor del consenso y acercamiento de todos los que forman el cine español y de ellos con la sociedad”.
Es decir, el gobierno español no se define si lo está premiando por su incuestionable carrera como realizador o por un cargo que cuando menos, se espera que el que lo lleve haga bien las cosas. Para eso está ahí ¿no?
Si lo querían reconocer por lo que ha hecho como director de cine, solo mencionarlo y listo. Pero es el colmo que aquí y en China, premien a alguien solo por hacer bien su chamba. Tremendo favor que le hacen al director.
Alex de la Iglesia no dejó pasar la ocasión para hacer gala de su buen humor.
«El premio me da mucha vergüenza porque, aunque no quiero parecer el típico humilde pedorro, se me ocurren otros muchas personas que son amigos míos y que se lo merecen más. Me supone una gran alegría porque me viene bien la pasta» comentó el director de «La comunidad» sobre el reconocimiento que incluye treinta mil euros en efectivo.