
Si bien la compra-venta de arte es una actividad indispensable para que los jóvenes talentos puedan sobrevivir de su trabajo, lo cierto es que la gran mayoría de estas transacciones se realizan de forma ilegal, y muchas veces con piezas ya sea robadas, o con falsificaciones realmente bien hechas. La cantidad de dinero que circula de estas actividades es exhorbitante. Por ello, no debe de extrañarnos que exista gente como Robert Wittman, detective especializado en crímenes artísticos. Este hombre ha rastreado una gran cantidad de obras desaparecidas en todo el mundo, además de detectar varias falsificaciones, algunas formando parte de importantes museos. Aquí queda claro que el arte es mucho más que la apreciación estética.