Les debía una nota sumamente interesante que Luis Gantús publicó en su blog personal, sobre las razones por las que terminó la CONQUE, junto con la MECYF, la convención más importante de cómics que ha habido en nuestro país. y el por qué ya no habrá otra convención de estas características, me permito reproducir el texto, invitándolos a que visiten frecuentemente este blog de información.
Antes de empezar quiero aclarar algo, el hecho de que los primeros post sobre la CONQUE sean sobre su final, se debe a contestar la pregunta más recurrente que he recibido,También me funciona en lo personal para contar mi visión de esta historia exorcizar mis demonios y poder enfocarme en un futuro a contar las maravillosas situaciones que se dieron durante ocho años de evento.
Ya desde las CONQUES traía Capita
Procedamos:
La CONQUE se realizó durante 8 años de 1994 al 2001, duraba 3 días, una vez al año. reunió a un promedio de 30,000 fans por evento y conglomeraba a todos los involucrados en el medio del Comic, artistas, vendedores, editoriales y curiosos.
En el año 2002 ya no se realizó por una decisión personal basada en los siguientes factores:
(Aclaro que no están en orden de importancia, solo están numerados por mero gusto, cada uno de ellos fueron tan importantes como el otro):
EL FACTOR ECONOMICO
A pesar de lo que mucha gente pensaba, la CONQUE era un evento que costaba mucho dinero, y difícilmente dejaba dividendos, el traer artistas del extranjero, no solo de Estados Unidos sino también de Europa y Sudamérica, el montar un auditorio adecuado para las conferencias, y talleres, las zonas de juego y proyección, el equipo de anfitrionas y seguridad, la impresión de 20,000 Comics conmemorativos, la atención y servicio al público y un sin fin de gastos y detalles que conformaban el evento.
Era muy difícil conseguir patrocinadores, hay que reconocer que no es precisamente un medio que tenga un gran desarrollo en México en estos tiemposs, era un medio underground de cierto atractivo mediático pero de poco atractivo comercial para las grandes marcas. Los patrocinadores siempre buscaban entrar con intercambios y aunque al final logramos tener a marcas como Levi’s o Hasbro y algunas más que aportaron dinero en efectivo, difícilmente podíamos cubrir el costo del evento lo que nos obligaba a depender casi por completo de la entrada de la taquilla, adicionalmente un factor variable y dependiente de muchas cosas como el clima, si hay futból, si se atravesó una mosca etc. etc. tomando en cuenta que la entrada a la conque era realmente económica (en el 94 era de $3.00 pesos y para el 2001 $40.00), por esa necedad mía de no hacer inaccesible el costo del evento a los fans que en su mayoría eran chavos (sabía lo complicado que era juntar lana para entrar a un evento cuando tienes 17 años ).
Como comprenderán la vida de un evento sin patrocinadores es muy complicado en México, la otra opción era la recuperación por venta de stands, pero ahí venía otro problema…
Desde un principio las tiendas de comic pusieron muchos obstáculos para un pago justo del stand, de hecho me entere por palabras de uno de los dueños de una de las tiendas ,en ese momento, más importantes que asistieron a la primera CONQUE, que estaban esperando a que el evento fracasará para pedirme la devolución del dinero que habían pagado. entiendo que yo tenía 20 años, mi hermana Fernanda 17 y era obvio que no confiaban mucho en nosotros, y que Martín Arceo y Gaby Maya ( que se incorporó al equipo en mayo del 94 para la realización de ese primer evento) a pesar de que eran nuestro soporte moral frente a ellos por su tiempo en el medio, no les importaba, al hablar de dinero nadie conoce a nadie y más cuando le aportaban a una idea descabellada ( como se imaginarán ni se atrevieron a comentarlo después del éxito de esa primera convención).
Debo reconocer que las tiendas que participaron en el primer año se aventaron a ciegas y nos apoyaron en un proyecto que resultaba una locura. La bronca es que durante años, algunos de ellos, “recordaron” ese apoyo, y conforme la CONQUE fue avanzando era imposible cobrar el stand a precio real, es obvio que por mi poca experiencia, no esperaba que esto creciera al nivel que llegó, y para ese primer evento lo único que me importaba era hacerlo (como típico mexicano que no sabe hacer negocios) el problema se surgió cuando el evento creció y todo mundo quería el trato que se les daba a aquellos que confiaron en nosotros al principio.
Durante todos los años de la CONQUE, la cobranza de los stands fue un gran dolor de cabeza, salvo muy contadas excepciones (tengo que reconocer que algunas tiendas pagaban a tiempo, de hecho esas tiendas cumplidoras rara vez daban dolores de cabeza, pero eran los menos) , los stands siempre eran “carisímos”, (según ellos), a pesar de que les hacíamos planes de pago nunca pagaban a tiempo, no tienen idea de la cantidad de desgracias que le sucedían a los pobrecitos cuando se acercaba la hora del pago de mensualidad, desde el robo de mercancía hasta la muerte de la quinta abuelita del mismo nieto.
Esta situación se fue agravando con el paso de los años, la crisis económica del 94 fue tronando poco a poco a las tiendas que iniciaron con el boom del comic del 93, dejando a tianguistas y puesteros que una semana antes vendían calcetines y que habían decidido que ahora eran vendedores de cómic, y que llevaban lo que estaba “de moda” y fueron llenando sus stands de copias piratas de manga y de personajes populares.
Estos mercachifles ocasionaron que el último año de la CONQUE fuera una lucha incesante contra la piratería, la cual estaba prohibida dentro del evento, muchos de los compradores de stand lo subarrendaban para sacar “el costo”, lo que ocasionaba que el responsable del stand nunca se presentará y uno tenía que lidiar con gente que le valía un cacahuate las reglas del evento. En la CONQUE del 2001 sucedieron cosas inconcebibles en años anteriores, desde un tipo que llego el día del montaje a pagar su stand con monedas de diez pesos, un cuate que insistía que se le pagará una computadora que nadie vio y que insistía que, (a pesar de no haberla registrado con seguridad a la entrada) se le pagará como si fuera la computadora personal de Bill Gates, hasta un tipo que se negaba a quitar la piratería de las chicas superpoderosas que vendía en su stand a pesar de que cuando se le pidió estaba enfrente de él, el director de mercadotecnia de Cartoon Network, cabe aclarar que a este individuo fue merecedor del extraño honor de haber sido el único expositor expulsado de la CONQUE.
Todo esto me hizo darme cuenta que el futuro de el evento estaba en riesgo de convertirse en una cueva de ladrones, gente que lo único que le importaba era ver como podían sacar ventaja del evento pagando lo menos posible, personas que lo menos que les importaba era ofrecer un producto atractivo para tener mayor afluencia en sus tiendas, que querían recuperar en tres días lo que no vendían en un año, o por lo menos hasta el siguiente evento, gente con la cual, establecer una relación de negocios era punto menos que imposible, y que el riesgo de que los siguientes eventos representarán una perdida económica considerable, era muy grande.
Que ya estaban muy lejanos los días de aquella primera CONQUE donde los expositores a pesar de ser colmilludos eran gente que gustaban del medio y lo disfrutaban, pero sobre todo eran gente decente que si bien peleaban el precio del stand, apoyaban al evento como su casa, tal vez, y solo tal vez, ellos hubieran tratado de impedir que la CONQUE se cerrará.
Esta causa económica tuvo su peso a la hora de tomar la decisión, pero hubo otras más que contaré en la siguiente entrega, donde me enfocaré a las editoriales en México y su participación en el evento, les aseguro que también tienen una participación importante en esta historia.
Gracias a Miguel Hernandez Cedillo por las fotos que amablemente me hizo llegar y reitero mi agradecimiento a todos aquellos que se han comunicado conmigo para ofrecerme material y que están próximos a enviarlo