También conocido en México como El Comodín o El Guasón, el principal enemigo de Batman es probablemente uno de los villanos más famosos del cómic norteamericano (junto a Lex Luthor, contrincante de Superman), el cual puede ser reconocido por cientos de miles de personas, sin importar que éstas jamás hayan leído un cómic.
El villano de la eterna sonrisa apareció en la primavera de 1940, en las páginas de “Batman” # 1, convirtiéndose en el complemento perfecto para el héroe creado por Bob Kane y Bill Finger. Un dato curioso es que normalmente los villanos de los cómics del Hombre Murciélago morían en su primera aparición, pero en el caso del payaso maniático no sucedió lo mismo. El entonces editor de la publicación (Whitney Ellsworth) se interesó tanto en el personaje que decidió que el final de la historia (en la que el villano accidentalmente se clavaba un cuchillo) debía ser cambiado. Entonces pidió a Bob Kane que cambiara la última viñeta de la trama, para mostrar al maleante siendo asistido por una ambulancia, además de añadir una frase que mencionaba que el villano viviría.
¿El hombre que ríe?
Cabe mencionar que existen por lo menos dos versiones sobre la creación intelectual del Joker. Por su parte, Bob Kane argumentaba que su fuente de inspiración para crear al villano fue un personaje interpretado por el actor alemán Conrad Veidt en la película muda “El hombre que ríe” (“The man who laughs”), dirigida por Paul Leni en 1928. En dicha cinta se cuenta la historia de un cirujano que modifica las bocas de unos niños pertenecientes a una banda de gitanos, de tal modo que cuando llegan a la etapa adulta, sus rostros quedan marcados con una deforme y macabra sonrisa.
La otra versión del origen de Joker proviene del entonces asistente de Bob Kane, el talentoso dibujante Jerry Robinson:
Como estudiante universitario y lector de los clásicos, me pareció obvio que cada héroe importante de la literatura, la mitología e incluso la Biblia, tenía un adversario digno que realmente fortalecía al personaje, desde David y Goliat hasta Sherlock Holmes y Moriarty. Cuando propuse por primera vez el concepto de un supervillano (un boceto del Joker adaptado de la imagen clásica del naipe) Bob y Bill se entusiasmaron, al igual que los editores de DC