Vanessa Hudgens dio un tajante no a la posibilidad de interpretar a «Buffy» en la adaptación cinematográfica de la serie televisiva «Buffy: La cazavampiros».
Hudgens no quiso aceptar el papel que en televisión interpretara Sarah Michelle Gellar por la ridícula razón de que «Crepúsculo» es una saga exitosa y tiene temor de que la cinta no sea bien recibida en taquilla, lo que ocasionaría que su carrera no repunte.
Pero, de eso a nada querida Vanessa, ¿no era mejor aceptar la oportunidad?
Con esa lógica, nadie haría películas de vampiros. Vamos, que son diferentes tipos de vampiros y obviamente van dirigidos a publicos diversos.
Hudgens busca una oportunidad en Hollywood, por esa razón negociaba el protagónico de «Buffy: La cazavampiros», pero al ver que su competencia directa sería la saga basada en las novelas de Stephenie Meyer, no quiso hacer la película.
Vanessa Hudgens no puede tener esa actitud, se le olvida que hay una larga lista de jovenes actrices en espera de una oportunidad en la gran pantalla.
Debería de imitar a su pareja. Zac Efron no se niega a nada y además, con todo y sus limitaciones, anda buscando hacer papeles más interesantes.