Dark. Alemania (2017)
- Creadores: Helmer Baran bo Odar y Jantje Friese
- Reparto: Louis Hofmann, Oliver Masucci, Jördis Triebel, Maja Schöne, Sebastian Rudolph, Anatole Taubman, Mark Waschke, Karoline Eichhorn, Stephan Kampwirth, Anne Ratte-Polle, Andreas Pietschmann, Lisa Vicari, Angela Winkler,Michael Mendl.
Llegó a su fin una de las series más celebradas en todo el mundo durante la última década. De hechura alemana, Dark pronto resultó ser una obsesión mundial, no sólo por su enigmática trama, sino por la revolucionaria manera de construir narrativas de ciencia ficción dirigidas a un amplio público, de todas las edades y de todo el mundo.
Helmer Baran bo Odar y Jantje Friese (creador y creadora de la serie) encontraron la manera de unir en una sola historia, no sólo las paradojas del tiempo que tanto nos gustan a las y los fans del género sci fi, sino también historias humanas acerca del amor, la soledad, la muerte o la familia.
Sin embargo, no sólo la complejidad de la historia y la manera en que está narrada en diferentes épocas, momentos y realidades alternas es digna de destacarse. Elementos como el casting– que privilegió el talento actoral antes que los efectos digitales y que requirió de hacer un extenso fichaje entre actores y actrices de diferentes edades que compartieran rasgos y simetría facial- diálogos profundos, y un increíble soundtrack que también representa un registro sonoro de diferentes épocas, completan lo que podríamos catalogar como todo un suceso televisivo.
Además de la muy cuidada producción, también hay que decir que el fundamento científico de la serie logró convertirla en un muy didáctico modo de entender qué son las paradojas del espacio- tiempo. Desde el gato de Schrödinger, hasta el puente Einstein- Ross (agujeros de gusano), la serie proporcionaba los ejemplos que nunca nos dieron en las clases de física en la secundaria para entender algo tan complejo como es la dimensión espacio – temporal.
La serie, por todos estos motivos, resultó atractiva no sólo para fans de esta nueva tendencia de maratonear series, sino también para el numeroso público al que le gusta la ciencia ficción como un pasatiempo intelectualmente complejo y hasta retador.
No es que no se hubiera hecho antes, hay que recordar que Christopher Nolan (el llamado nuevo Rey Midas del cine) ya había construido para la gran pantalla una historia que sólo sería posible de contar gracias a la variable del espacio tiempo en Interestelar (C. Nolan, 2014). Y por su parte, la idea de que todo está conectado de maneras que no comprendemos en su momento, pero nos influenciarán para no alterar el resultado predeterminado, ya había inspirado a Dennis Villenueve para filmar La Llegada (Arrival, D. Villenueve, 2016).
Sin embargo, el formato de serie, le permitió a Dark, construir un minucioso rompecabezas de infinitas posibilidades, para contar lo que de entrada es una premisa narrativa simple: la historia de un amor imposible.
Las complejas historias de amor, desamor, depresión y una desesperada búsqueda de la felicidad en el pequeño pueblo de Widen, solo pueden ser comprendidas si entendemos que forman parte de un entramado pasional tan humano, como lo pueden ser las vidas cotidianas de todas las personas en cualquier otro lugar del mundo.
Tiene por tanto, el enorme mérito de conjugar diferentes géneros dramáticos como el de la tragedia con el de la ciencia ficción. Al final no tenemos solamente una historia de amor, sino un mosaico de diferentes pasiones humanas que cambian y se transforman de acuerdo con las decisiones que se toman, los motivos que las guían y los deseos que las animan.
Dark puede ser una historia conmovedora, pero también profundamente depresiva. Y quizás ese es su encanto. La sensación de que la imposibilidad de que algo suceda está predeterminada, la vemos presente en todo momento e incluso en una realidad paralela… la irregularidad del universo, le dicen. Las abuelas decían que “cuando te toca, aunque te quites…” Lástima que a Jonas y Martha no les dijeron que “cuando no te toca, aunque tuerzas el espacio-tiempo”… y es que hay abuelas que saben más de física cuántica de lo que nosotras creemos.